En esa línea de acción no solo hay que persistir, sino también es preciso consolidar, y a cuyo efecto, son importantes el mantenimiento de la estabilidad cambiaria y el control riguroso de los factores que pueden incidir en una eventual inflación.
Ahora, por la valoración del dólar asistimos al aumento de los precios de los combustibles. Es de esperar que esta medida no se convierta en un disparador de costos en otros sectores. Para ello la conducción económica tiene la responsabilidad de actuar con la máxima prudencia.
En este sentido el no haber accedido al aumento de la tarifa de la energía eléctrica es plausible, pues hay que considerar razonablemente que este servicio público es transversal a muchas variables, incluyendo las áreas productivas y su contingente influencia en los gastos y los ingresos.
Y, pensándolo bien, sería un contrasentido que siendo el Paraguay un país potencialmente rico en la producción de la energía eléctrica, tenga que encarecer su uso a nivel nacional. Por el contrario, este factor energético debería convertirse en uno de los medios de promoción para su desarrollo. Es frente a ese tangible recurso que se insiste en que el Estado paraguayo debe renegociar las cesiones de la energía de Itaipú y de Yacyretá. O, en lo que más conviene a los intereses nacionales, adoptar la política pertinente para la utilización completa de la parte que le pertenece.
Pero como esa posibilidad es todavía un proceso que llevará su tiempo, por la gradualidad que se ha impuesto, lo que corresponde en lo inmediato es que la ANDE mejore su gestión, su servicio y, sobre todo, su ingreso. Y no que apele al más fácil expediente de castigar con un aumento a los que pagan rigurosamente el consumo.
Lo que el Gobierno debe hacer es conminar a esa entidad a una administración y a un funcionamiento más eficientes. Se sabe que un porcentaje significativo del consumo eléctrico se pierde, primero, por deficiencia de la misma infraestructura y luego porque muchos organismos del Estado han sido exonerados o sencillamente han caído en una consuetudinaria morosidad en el pago por los servicios. Esto no puede seguir así, es injusto frente al grueso de la ciudadanía que cumple con su deber. En última instancia, a las áreas de la educación y de la salud públicas se las podría liberar, por principios de solidaridad y de bien común, de los respectivos pagos.
Mas con toda evidencia, es una situación irregular que a los funcionarios de la entidad se los privilegie con un 50% menos del valor, o que la ANDE siga perdiendo porque en muchos barrios existan extensiones clandestinas.
La energía eléctrica es de tal relevancia para la población y para la economía, que el Paraguay tiene que esmerarse para que la misma se constituya en un bien rentable para el país, así como en un factor dinamizador de su desarrollo. Es responsabilidad del Gobierno avanzar positivamente en ambas direcciones.
Por lo demás, y siempre para consolidar la sostenibilidad de nuestro crecimiento económico, se impone la necesidad de mantener la estabilidad cambiaria. De la misma manera urge impulsar efectivamente la afluencia de inversiones al país. De todo ello depende el fomento de nuestra producción y productividad, a fin de que evolucionemos realmente hacia el desarrollo y la modernidad. Únicas vías para fortalecer la democracia y el bienestar general de la República.