Se ha intentado en varias oportunidades anteriores en el seno del Congreso implementar una ley antinarco. Y casi siempre ciertos legisladores que actúan como cómplices o serviles a los intereses de los narcotraficantes han logrado parar las iniciativas o enviarlas a comisiones para que allí queden congeladas y se extingan.
Esta vez, sin embargo, la Cámara de Diputados ha aprobado finalmente el proyecto de ley que crea una secretaría de administración de bienes incautados y comisados de los narcotraficantes, instrumento más conocido como la ley antinarco.
La propuesta, presentada por el diputado colorado Éber Ovelar, plantea crear un órgano oficial que se ocupe de manejar los bienes incautados a los narcotraficantes, para que luego el Estado pueda someter a comiso o a la venta a un valor mínimo.
El organismo a ser creado sería la Secretaría Nacional de Administración de Bienes Incautados y Comisados (Senabico), dependiente de la Presidencia de la República, que seguiría todo el proceso de la confiscación de bienes, hasta el remate final, asegurando que un 70% del valor adquirido sea destinado a actividades de prevención de adicciones a las drogas y al tratamiento de los adictos.
Este proyecto apunta a hacer realidad un antiguo anhelo, el de golpear a los narcotraficantes y a sus cómplices en donde más les duele, que es el bolsillo. Hasta ahora, las acciones de la Justicia contra los capos del crimen organizado no han dado muchos resultados, debido a que la mayoría logra conservar sus bienes y sus riquezas adquiridas con sangre, ya sea poniéndolas a nombre de parientes o testaferros, y las siguen administrando incluso desde la cárcel, fortaleciendo a sus organizaciones delictivas y prosiguiendo desde sus respectivas celdas con su criminal negocio.
Decomisarles los bienes y el dinero obtenidos con el narcotráfico, y darles un destino de mayor provecho para la sociedad, sería una manera de golpearlos con mayor fuerza, y de arrebatarles gran parte del oscuro poder que manejan, y evitar que en sus acciones criminales ssigan cobrando inocentes vidas humanas.
Hasta ahora, lamentablemente, iniciativas similares no han logrado prosperar, debido a las acciones de muchos legisladores que se muestran cómplices o serviles a los intereses de los capos del crimen, demostrando la creciente gran influencia de la narcopolítica en la sociedad paraguaya.
Por ello hay que aplaudir que el proyecto de la ley antinarco haya sido finalmente aprobado en el pleno de la Cámara de Diputados y que ahora pase a Senadores para su tratamiento.
Sería interesante que la ciudadanía respalde con sus manifestaciones este y otros proyectos que apunten a una mayor lucha contra el crimen organizado y sus cómplices. Es una de las maneras de evitar que nuestro país acabe dominado por el narcotráfico.