Gracias a esta base de datos mundial, los investigadores analizan millones de imágenes detectadas en computadoras de sospechosos o divulgadas en internet.
Complejos programas de comparación de imágenes y videos permiten establecer relaciones entre las víctimas, los autores de los delitos y los lugares de los hechos. “La frecuencia de estos delitos es alarmante, y no ayuda el que estas imágenes se puedan intercambiar en línea en todo el mundo tan solo pulsando un botón, y puedan quedar grabadas para siempre”, declaró el secretario general de la organización, Juergen Stock.
“Cada vez que se visualiza o comparte una secuencia de video, el niño vuelve a ser víctima del delito”, advirtió.
Analizando el contenido digital, visual y de audio de los videos y las fotografías, los especialistas en identificación de víctimas pueden recabar pistas, detectar cualquier solapamiento que se produzca entre varios casos y aunar sus esfuerzos para localizar a las víctimas. afp