De hecho, afirmaron que nadie quiere arriesgarse a importar más productos de Argentina debido a los altísimos precios. En el país vecino, de donde provienen los mejores tomates para la venta, hay menos producción debido a las bajas temperaturas del último mes.
La merma de la producción argentina, sumada a la incapacidad del mercado local de cubrir la demanda, ha hecho que el tomate llegue a precios altísimos. “Nadie se anima más (a traer mayor cantidad de tomates de Argentina) porque es mucha la pérdida”, manifestó Valdovino Alfonso, vendedor del Abasto.
Se aguardaba una nueva partida de tomates importados el jueves último, lo cual no ocurrió, por lo que los altos precios se mantuvieron todo el fin de semana, informó Édgar Pineda, importador frutihortícola. En el Abasto, el tomate argentino más barato cuesta G. 150.000 la caja de 20 kilos. El brasileño, de menor calidad, cuesta G. 100.000 la caja de 20 kilos. La compra minorista también sufrió aumento. Se comercializa el tomate argentino a G. 12.000 el K., el brasileño a G. 10.000 el K. y el nacional a G. 7.000. En los supermercados, el precio llega a G. 15.000 el kilo.