Jóvenes activistas cubrieron sus rostros con fotografías de figuras políticas actuales que, consideran, siguen cometiendo las mismas atrocidades que en la época de la dictadura de Alfredo Stroessner, cuyo régimen terminó con un golpe de Estado en 1989, luego de 35 años de hegemonía.
“El fantasma del stronismo sigue en pie, queremos despertar la conciencia de la sociedad”, dijo una de las manifestantes que, al igual que sus compañeros, se mantuvo en el anonimato.
Además del rostro de Stroessner estaban los de Horacio Cartes, Óscar Tuma, Mirta Gusinky y el presidenciable Mario Abdo Benítez. La candidatura de este último es cuestionada por ser considerado un “heredero” de la dictadura, pues es hijo de don Mario Abdo, secretario privado de Stroessner y miembro del “cuatrinomio de oro”.
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Con una dramatización, este grupo de jóvenes busca mantener en la memoria las consecuencias que dejó el régimen dictatorial que se extendió de 1954 a 1989. Durante este periodo hubo represiones a opositores, que incluían torturas, violaciones y asesinatos.
Son más de 2.000 los desaparecidos. Mientras tanto, sigue la búsqueda de sus restos en territorio paraguayo. El trabajo es encabezado por Rogelio Goiburú, quien no abandona las esperanzas de encontrar a su propio padre, Augusto.
De entre los cuerpos exhumados, y mediante estudios realizados en Argentina, se pudo identificar a Miguel Ángel Soler y Cástulo Vera Báez, militantes del Partido Comunista Paraguayo, así como a Giulianna Filipazzi Rosinni y José Agustín Potenza, desaparecidos en Montevideo en 1977. En aquella época, el Operativo Cóndor permitía intercambiar prisioneros entre Chile, Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia.