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Entre los clientes que pasaron por sus salones se pueden citar a futbolistas como Roque Santacruz, Carlos Gamarra, Justo Villar y otras figuras de la Selección Paraguaya. Varios políticos también lo eligieron, entre ellos los ex presidentes Fernando Lugo y Federico Franco, además de la diputada Emilia Alfaro y la ex primera dama Gloria Penayo, además de ministros y senadores.
Hablamos del estilista José Asunción Espínola Esteche, más conocido como Joseph, a quien incluso le tocó atender a la cantante Mercedes Sosa, y a la abuela de Sylvester Stallone en una peluquería de Vergamo, Italia.
Desde pequeño trabajó junto a su familia en la agricultura, se desempeñó también como ayudante albañil y clasificador de fibra de algodón en su natal Pastoreo, Caaguazú. Era de condición humilde, ejemplo de ello fue que sus primeros zapatos se los puso recién a los 13 años. Recuerda que para jugar al fútbol usaban la vejiga de chancho o de vaca.
Al llegar a Asunción trabajó como empaquetador de panes, luego como panadero. Y más tarde apostó por estudiar electricidad, pero durante una práctica tuvo una descarga eléctrica y fue por eso que una tía le recomendó que estudie peluquería. “Ahí solo vas a apeligrar tu dedo, no tu vida”, le dijo. Al inicio no estaba seguro de apostar a ese oficio, por los prejuicios de que un hombre sea peluquero. Pero luego se decidió e ingresó al Instituto Ramiro. “Mis padres siempre me apoyaron, pero mis hermanos y amigos me hinchaban”, dijo entre risas.
“Me recibí en el 89, desde ese entonces hago este trabajo con entrega y corazón. Gracias a Dios, Él me dio el talento de tener una visión especial para determinar el corte que le conviene al cliente”, cuenta.
Sus comienzos. Su trabajo en un salón de belleza comenzó como limpiador, hasta que un día el lugar se llenó de clientes y una señora le preguntó quién la atendería. Esa tarde por iniciativa propia y sin permiso del patrón decidió hacer su primer corte y la clienta “se quedó maravillada”, dice. “Es importante estar preparado para cuando se presente la oportunidad”, afirma.
Luego de un tiempo de trabajar en el lugar decidió independizarse y en 1991 alquiló un pequeño local frente a la Terminal de Ómnibus. Prestó de una compañera un espejo, un lavatorio de madera y una silla. Compró tinturas, 6 toallas y otros productos. A un mes de abrir y ya tenía a 7 personas trabajando con él.
En el transcurso de 26 años participó de varios cursos de capacitación en el exterior. Hasta ahora asistió a alrededor de 280 eventos internacionales y trabajó para varias marcas renombradas. Igualmente, ganó campeonatos nacionales e internacionales. “Siempre me inflo como sapo en las competencias internacionales para dejar en alto el nombre del país”, confiesa.
Su filosofía de trabajo es disciplina, dedicación plena, perseverancia y honestidad. “El secreto del éxito está en el trabajo y en Paraguay se puede progresar mediante la disciplina y la capacitación”.
Joseph tiene 2 hijas, una de 7 años y otra de 25, quien le acompaña como maquilladora. Él es el tercero de 11 hermanos: 7 varones y 4 mujeres, y ocho de ellos trabajan junto a él, al igual que varios sobrinos y otros parientes, con quienes juega fútbol en tu tiempo libre. Asegura que el tesoro más preciado que tiene es su familia, y que sus padres fueron su espejo.
La empresa. El objetivo de los salones de Joseph es ofrecer un servicio con concepto de belleza integral para el hombre y la mujer. Su peluquería cuenta con 14 locales, 9 en sociedad y 5 en franquicia. “La peluquería es una buenísima profesión. A mí me dio todo y gracias a eso también pude traer a varios compueblanos para capacitarse y trabajar en la cadena”, relata el estilista que cuenta con 700 peluqueros. “En realidad necesito 1.000 funcionarios, y apuesto por personas con mucha preparación”, recalca.
En diciembre inauguró un moderno edificio, que hoy es su casa central. “A veces la gente ve el éxito y no el sacrificio. Para lograr esto estuve muchas noches sin dormir”, expresa orgulloso.