Según informaron desde el Ministerio de Salud, el problema del consumo excesivo de sal se relaciona con el desarrollo de hipertensión arterial, condición que afecta a casi la mitad de la población paraguaya.
Esto aumenta el riesgo de padecer enfermedades y accidentes cerebrovasculares con secuelas discapacitantes y hasta la posibilidad de morir por ellas a edades tempranas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la FAO recomiendan la ingesta de menos de 5 gramos diarios de sal (lo que equivale a una cucharadita) incluyendo la proveniente de todas las fuentes de alimentos y bebidas.
En el país, la ingesta de sal es muy elevada. En promedio, el paraguayo consume más del doble de lo recomendado.
Esta problemática no es exclusiva de la población adulta, ya que el riesgo de hipertensión arterial asociado al consumo de sal se inicia precozmente en la vida, incluso en la etapa preescolar, afectando la salud del futuro adulto.
Es importante saber que un alto porcentaje de la sal que consumimos proviene de los alimentos procesados, incluso de aquellos que no tienen un sabor salado, como las galletitas, los snacks en general, los alimentos enlatados, en conserva, los preelaborados, etcétera.
El consumo excesivo de este mineral puede modificarse adoptando un estilo de vida saludable. Para ello es importante tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
-Disminuir la cantidad de sal que se agrega a los alimentos al cocinar.
-No agregar sal a las comidas o alimentos una vez servidos en la mesa.
-Limitar el consumo de alimentos procesados y ultraprocesados altos en sodio, así como las papas fritas, snacks salados, galletitas dulces, enlatados, embutidos y las comidas rápidas.
-Estimular el consumo de frutas, verduras, legumbres y cereales.
-Leer las etiquetas nutricionales de los productos para saber cuáles son las opciones de alimentos con menos contenido de sodio.