Con un claro y duro mensaje hacia los administradores del Gobierno, Valenzuela reflexionó acerca de los últimos acontecimientos en el escenario político a través de la parábola del Administrador. La misma habla sobre las cualidades de un buen administrador, con un modo de vivir personal y social, sacrificado y coherente.
“Entendemos que el servidor infiel no tiene otro horizonte que su visión estrecha de su realidad y se aprovecha para dar curso a sus apetencias desordenadas, realizando varios actos de verdadera corrupción”, refirió en la celebración.
El representante de la Iglesia habló sobre la problemática de la pobreza, la tenencia de tierras y el desempleo que aquejan a un importante porcentaje de la población. Sobre el punto consideró urgente plantear fuentes de empleo para los desocupados.
Asimismo, resaltó que tanto las relaciones bilaterales como multinacionales deben beneficiar a una sociedad plural y aportar al desarrollo.
“Son inútiles las buenas ofertas si el consumo no mejora las condiciones de vida de las familias y no mejora la calidad del gasto público”, sostuvo. Para ello, recomendó que las inversiones apunten a una vida digna y saludable.
En su mensaje, remarcó que el desafío para el presidente electo Mario Abdo Benitez es demostrar la voluntad para consensuar estrategias y mecanismos viables que ayuden combatir la corrupción.
Al respecto, sugirió impulsar una reforma judicial que ayude al saneamiento de las instituciones públicas. “Una Justicia proba e independiente será la mejor garantía para consolidar la democracia”, recalcó.
Las elecciones
En la ocasión, mencionó además la necesidad de perfeccionar la Ley Electoral. No obstante, celebró la participación ciudadana en el ejercicio del deber cívico en un clima de respeto.