El obispo señaló que debemos despertar para hacer las cosas bien y luchar contra esta situación que está asentada en nuestro país.
“El crimen se ha organizado muy bien y no hace falta ser profeta para ver qué va a pasar en algunos años. ¿Queremos llegar a la situación de Centroamérica?, donde hay tantos asesinados. ¿Queremos llegar a la situación de Colombia?, donde el Gobierno ya no controla gran parte del territorio nacional. Todavía hay tiempo, despierten al mundo, tenemos armas para luchar contra el mal”
, señaló.
Afirmó que en el país se tiene la costumbre de utilizar palabras o frases bonitas para describir situaciones graves que deben ser combatidas.
“Tenemos la costumbre de usar palabras bonitas, por ejemplo cuando ocurre un robo decimos: ‘Ojeu la plata’. Cuando alguien comete adulterio decimos: ‘Tuvo una aventura’. Cuando se mata a alguien se dice: ‘Otra quema de archivo’. Estas son expresiones contra las que debemos luchar”, indicó.
Prosiguió señalando que se puede luchar contra el mal a través de la honestidad, la modestia, la pureza y el trabajo y, por sobre todo, manteniendo el respeto por los más pobres.
“Luchemos solidariamente, que seamos de verdad profetas indicadores del camino”, expresó.
En esta última jornada del novenario, el tema del día fue: La vida evangélica tiene que ser profética. De este modo, monseñor Wilhelm Steckling también explicó lo que representa lograr una vida evangélica y, por sobre todo, la importancia de ser profeta. El obispo de CDE también recordó a monseñor Ismael Rolón, de quien resaltó su tenaz oposición a los atropellos del régimen dictatorial de Alfredo Stroessner.