19 abr. 2024

González Daher o la incurable patología opositora

Estela Ruiz Díaz En TW: @Estelaruizdiaz

Las votaciones de temas calientes en el Congreso revelan los posicionamientos políticos de las bancadas, los acuerdos, los pactos bajo la mesa, la complicidad, la devolución de favores o hasta chantajes y extorsiones. Y en esto no solo se mide en los extremos “sí” o “no” de la votación. A veces, el secreto está en las ausencias, las abstenciones o las oportunas salidas al baño o a fumar. Nada es casual y menos cuando se trata de la sanción a un hampón de la política como lo es el senador Óscar González Daher.

No es necesario hablar del poder del político luqueño. Horacio Cartes, que en los inicios de su gestión demostraba alergia pública a los políticos corruptos a quienes les quería cortar la mano, le tuvo que incluir nada menos que como número tres de su lista al Senado, y Santiago Peña, el precandidato presidencial, no se atreve a desmarcarse aunque sea por márketing electoral. Lo defiende e incluso lo ensalza con citas bíblicas: “Querido Óscar, mucho se te cuestiona, pero solamente al árbol que da frutos le tiran piedras”.

Los audios del secretario del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados con fiscales y abogados que revelan el esquema de corrupción, chantaje y las formas más denigrantes de cómo se maneja la Justicia en el país fueron la base para que el Senado se apreste a sancionar “por inconducta” a González Daher, que ejerce la presidencia del JEM. La propuesta era suspenderlo por 60 días sin goce de sueldo como ya lo había hecho en el 2008 con Juan Carlos Galaverna por haber confesado su colaboración en el fraude contra Luis María Argaña en 1992, y, en el 2013, con Silvio Ovelar, por la compra de cédulas para una votación.

LOS APOYOS Y LOS PORQUÉS. La sanción no corrió gracias a la abstención del Frente Guasu con sus 5 votos claves. Los llanistas, como siempre, hicieron su parte primero votando contra el tratamiento y luego ausentándose. El viernes se reprisó el pacto carto-lugo-llanista, el mismo de la enmienda, esta vez para salvar la cabeza de uno de los legisladores responsables de la decadencia del Poder Judicial.

El caso del llanismo ya ni tiene caso debatir y con su comportamiento dejó en ridículo a su precandidato presidencial Carlos Mateo Balmelli, cuyo eje de discurso es la corrupción de la Justicia. Mateo no puede negar desconocimiento y sabía en qué se metía cuando decidió pactar con Equipo Joven, aunque ni en su peor pesadilla presupuestó una situación como esta. El pacto carnal de Llano con Cartes es tan profundo que no puede soltarse siquiera en tiempos electorales. Ni para disimular.

¿Por qué el Frente Guasu arriesga de esta manera su capital político, bastante golpeado tras el fracaso de la reelección? Ni siquiera tienen procesos por corrupción, fiscales o jueces, excepto acusaciones contra Esperanza Martínez cuando era ministra de Salud. En el caso de compra de medicamentos fueron imputados en el 2013 su viceministro y otros 4 funcionarios.

El Frente Guasu sostiene que no actúa por oportunismo político y que defiende principios como el debido proceso. Por ello plantearon una comisión para investigar a todo el JEM, y no solo a González Daher. “Esta es una guerra colorada y no pensamos ser parte de ella”, dijeron. Como discurso puede que sirva para sus fanáticos, pero con su abstención se metieron en el caracú de la interna colorada blindando a una de las peores figuras del cartismo.

Aunque su voto no hubiese cambiado la historia, la ausencia de Arnaldo Giuzzio fue muy cuestionada y las redes le recordaron que cuando fue fiscal no imputó al cuestionado senador por un escándalo de evasión impositiva.

MAR DE CONTRADICCIONES. Este hecho muestra cómo la oposición, que aunó esfuerzos para presentar una sola lista en el 2018, sigue fragmentada y con agendas diferentes, incluso contradictorias. Aunque la carrera empiece realmente después del 17 de diciembre, ya se pone bajo la lupa la actuación del conglomerado. Efraín Alegre volvió a cargar contra los “llanistas vendidos a Cartes”, pero obvió críticas al luguismo.

Leo Rubin, el vicepresidente del Frente Guasu, calificó a González Daher como un gánster, pero su partido le tendió la mano.

Al luguismo le será difícil convencer de que no sigue su pacto con Cartes. ¿Le bastará su rechazo a la fiscala Sandra Quiñónez o el impuesto al tabaco para recuperar credibilidad más allá de su base social?

Hubo extrañeza y enojos en el partido del ex obispo. No todos comparten la decisión de los 5. Uno de ellos recordó que la política es como la meteorología: hay que medir el clima para actuar y en este caso no había dudas sobre la sanción a González Daher.

Por las razones que fueran: corrupción, ingenuidad, principios, los opositores le dieron al cartismo, una victoria política en el Congreso, y un blindaje sin precedentes a uno de los padrinos de la corrupción judicial.

Los colorados tienen siempre la genialidad de quebrar a los opositores, y sobre todo, a arrastrarlos a su fango, una patología más preocupante que el Síndrome de Estocolmo.

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