“Con este tipo de investigación cerraríamos muchas conclusiones a las que llegamos a través de mapas o la memoria oral. Cuando se estudia sobre la Guerra de la Triple Alianza nunca coinciden la cantidad de hombres que lucharon, los desaparecidos, inclusive, la clase de arma que todavía tenía Paraguay en determinado lugar”, señaló Fabián Chamorro, de la Comisión Nacional de Conmemoración del Sesquicentenario y quien realizará el acompañamiento.
También se pretende conocer cómo fueron mejorando los insumos de los enemigos y cómo empeoraba nuestra situación. “Hay muchas incógnitas que vamos a poder dilucidar con el trabajo de estos arqueólogos”, dijo Chamorro.
La asistencia de los especialistas en batallas del siglo XIX y XX se da en el marco de una colaboración del Gobierno francés hacia Paraguay.
Chamorro agregó que además de la reconstrucción de los hechos, todo lo hallado tiene como objetivo la creación de museos que pueden servir a los pobladores de sitios históricos, para generar atractivo turístico en la comunidad.
Desafío. Uno de los retos para la protección de los campos históricos es que en su mayoría son propiedades privadas y por muchos años no fueron declaradas como patrimonio cultural. Un caso concreto se dio en la zona de Acosta Ñu, de la localidad de Eusebio Ayala, donde en uno de los terrenos realizaban la extracción de arcilla para olerías y a su paso los trabajadores encontraban balas, espadas, herraduras entre otras reliquias que fueron regaladas o tiradas al desconocer su grado de importancia.
Otro problema son los sitios que fueron determinados como propiedades del Estado, pero hoy están titulados a nombre de particulares. “En el caso de Itá Ybaté, nuestro desafío es devolver el espacio al Estado o por lo menos lograr que aunque esté como propiedad privada, sea de acceso para el público en general”, explicó el historiador.