El concejal Sebastián Villarejo recordó que hace un año votó en contra del proyecto porque se trata de una concesión hecha sin estudios previos sobre el impacto para su aplicación. Además le parece que la tarifa no es justa de acuerdo con el tiempo en que una persona puede dejar estacionado su vehículo en la vía pública (cuatro horas).
“Hace un año se votó en la Junta Municipal de Asunción por la adjudicación del estacionamiento tarifado. En ese momento voté en contra por lo mal hecho que estaba el pliego. Esta vez perdí 23 a 1 (dijo entre risas), ahora vemos el reflejo de eso”, refirió en contacto con la prensa.
A su criterio, la Comuna fue muy rápida para aplicar el proyecto, teniendo en cuenta que la alternativa de estacionamiento tarifado es un proyecto urbanístico implementado en países de primer mundo, pero mediante un estudio socioeconómico bien hecho. Se implementará pese a la falta de un buen servicio de transporte público y de bicisendas.
“La idea del estacionamiento tarifado me parece correcta. La forma en la que aplicaron el proyecto, no. Es algo necesario en una ciudad, pero con otros procesos más participativos, un estudio más acabado de cómo abordar los frentistas. Esta concesión se nos clava por 15 años. Se le está metiendo la mano en el bolsillo al ciudadano”, precisó en contacto con la 1020 AM.
¿Y LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD?
Sostuvo que en realidad la ciudad necesita proyectos que piensen en el futuro. Lo malo, a su criterio, son las zonas concedidas para que se cobre tarifa por estacionar, las horas permitidas, el costo y que, además, no existe gratuidad para vehículos que transporten a personas con discapacidad.
“Las cosas se hicieron a las apuradas para encontrar una forma rápida para recaudar. Las grandes capitales de la región tienen este tipo de sistema operante por lo que no estoy en contra del concepto, es algo correcto en una ciudad de primer mundo, responde a una idea de movilidad urbana, pero su aplicación está mal hecha”, reiteró.
Agregó que todo se hizo “de golpe” sin haber hecho un estudio completo de su impacto y de cómo lograr una implementación eficaz de acuerdo con nuestra realidad. “El asunceno se siente agredido”, dijo, refiriendo que muchas veces el país pagó a consultoras por proyectos innecesarios, sin embargo, ante este tipo de hecho, no recurrió a pedir un mejor análisis del tema.