CIUDAD DEL VATICANO
El papa Francisco instó ayer al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a convertirse en un instrumento para la paz, en una reunión sumamente anticipada en la que el mandatario dijo que no olvidaría el mensaje del pontífice.
En un día luminoso en el Vaticano, Trump recibió un homenaje de la Guardia Suiza antes de reunirse con el Papa, con quien había intercambiado incisivos comentarios durante la campaña presidencial de Estados Unidos.
Trump entró en un pequeño ascensor que le llevó a la tercera planta del Palacio Apostólico y, tras un largo paseo ceremonial por los pasillos llenos de frescos, dio la mano al Papa en la entrada de su estudio privado, que el pontífice únicamente utiliza para ocasiones oficiales.
Francisco sonrió al recibir a Trump fuera del estudio, aunque no fue tan sociable como lo fue a veces en otras visitas de jefes de Estado. Trump, que parecía apagado, dijo: “Es un gran honor”. Incluso cuando ambos estuvieron sentados en el despacho del Papa en la presencia de los fotógrafos y los periodistas, Francisco evitó el tipo de cháchara que normalmente tiene lugar antes de que se vayan los medios. Los 2 líderes hablaron en privado 30 minutos con traductores. Ambos hombres parecían mucho más relajados al final de su encuentro, cuando el Papa sonreía y bromeaba con Trump y su mujer, Melania. Francisco dio al presidente una escultura de un olivo y le dijo a través del intérprete que el objeto simbolizaba la paz. “Se lo regalo para que sea un instrumento de la paz”, dijo el Papa. Trump respondió: “Necesitamos paz”.
Francisco también dio a Trump una copia firmada de su mensaje pontificio de la paz de 2017 cuyo título es La no violencia, estilo de una política para la paz, y una copia de su encíclica de 2015 sobre la necesidad de proteger el medioambiente de los efectos del cambio climático. “Bueno, los leeré”, dijo Trump.
La postura del presidente sobre la legislación medioambiental choca con la visión de Francisco del cambio climático.