Extender a 65 años la edad para acceder a la jubilación ordinaria es una de las recomendaciones del informe actuarial elaborado por el Instituto de Previsión Social (IPS) y presentado ayer.
Actualmente, la edad para acogerse a la jubilación ordinaria con el 100% del promedio de los últimos 36 meses del salario es de 60 años, con 25 años de aporte. El retiro a los 55 años y 30 años de aporte permite una jubilación con el 80% del salario.
Esta sería una de las medidas del “paquete” de ajustes que debería realizar la institución, de manera a mantenerse sostenible en el tiempo, según explicó el jefe de la Oficina de Estudios Actuariales, Víctor Molinas.
A esto debería sumarse el ajuste de la tasa de sustitución (porcentaje del sueldo a ser pagado como haber jubilatorio), de acuerdo con los años de aporte que registre el cotizante y que el promedio se extienda de los 36 meses a incluso toda la vida laboral.
El funcionario enfatizó que para que el proceso sea eficiente y muestre los efectos esperados se deben realizar todos los ajustes conjuntamente, que no serviría aumentar solo la edad, por ejemplo.
“Tiene que haber un sistema de puntos, en el cual si alguien trabaja desde los 20 años y tiene que jubilarse a los 65 años, son 45 años de aporte y ambos suman 110 puntos, entonces esa persona es la que debe tener la máxima tasa de sustitución y de ahí ir bajando, no es lo mismo una persona que trabaja desde los 30 a los 60 que son 30 años, y se jubile con 60 años tiene 90 puntos, ese esfuerzo contributivo no se ve reflejado en la jubilación”, explicó Molinas.
2032. De continuar con la situación actual, que contempla el pago del beneficio adicional anual (aguinaldo) a los jubilados y el no aporte estatal, la caja del Instituto de Previsión Social sería superavitaria hasta el año 2032, tras lo cual deberá echar mano del Fondo Común de Jubilaciones y Pensiones o Fondo de Reserva, con lo que se llegará al 2042.
Obtener tasas de rentabilidad reales positivas (por encima de la inflación), permitirá a este fondo postergar la extinción de los recursos por unos años, pero no será posible sostener indefinidamente problemas estructurales como la alta tasa de sustitución, aumento de la esperanza de vida y el envejecimiento de la población.
Es por ello que desde la Dirección de Jubilaciones insisten en la necesidad de aplicar las reformas “lo antes posible”, ya que aún están a tiempo de corregir las proyecciones.
