“Que haya corrupción en entidades de gestión privada está mal y no tiene razón de ser de ningún modo, pero que haya en las universidades nacionales ya es el colmo”, aseguró el sacerdote jesuita. Agregó que, buscando datos de la Contraloría General de la República (CGR), más de la mitad de los rectores de las universidades públicas están con problemas, con alguna denuncia en este ente.
“Las presiones político-partidarias comienzan a ser un grave drama en las universidades, donde se dan cargos para tener influencia y un mayor poder”, sostuvo.
Criticó igualmente al sector privado de la educación superior, donde se utiliza el sistema de franquicias y una sola universidad llega a tener 90 filiales.
“No son 50 universidades privadas, porque cada filial funciona como una universidad propia, son cientos de universidades en un país con 6.500.000 habitantes, donde más del 50% son menores de 30 años”, fustigó, remarcando que las franquicias son estrategias más comerciales que educativas.
Educación formal. El padre se defendió igualmente de las críticas hacia el Consejo Asesor de la Reforma Educativa (CARE), indicando que solo tenían poder de recomendar y no de emprender acciones. Es que esta comisión es duramente cuestionada por el fracaso de la reforma en las escuelas.
El Conec indicó también en su informe anual que es necesaria la inversión de por lo menos el 7% del PIB en educación para mejorar las condiciones en el sector público. “Se debe invertir más en la formación de los maestros y no pagarles miserias; con esto no mejorará nunca la condición que tenemos en el sector”, reclamó.