19 abr. 2024

Efecto placebo

Estela Ruiz Díaz En TW: @Estelaruizdiaz

La oposición arregló sus cuentas. O esa es al menos la sensación que queda tras la meteórica resolución adoptada por las dos izquierdas que en una semana definieron su posición y en un santiamén aceptaron la propuesta del PLRA de ocupar la vicepresidencia en la chapa presidencial.

No solamente la alianza fue sorpresiva, sino el candidato elegido: Leo Rubin, periodista, hijo del periodista radial más emblemático del país, Humberto Rubin.

Los hechos se dieron en sucesión meteórica.

El lunes, Avanza País, donde manda la marca Ferreiro, eligió a Guillermo, hijo del senador Adolfo, para acompañar en la chapa al presidenciable liberal.

El martes, el Frente Guasu, de Fernando Lugo, hizo lo mismo. Aceptaron la alianza electoral con el PLRA y otras fuerzas democráticas presentando “la candidatura de Hermes Leonardo (Leo) Rubin para la vicepresidencia de la República”.

El miércoles, el Directorio del PLRA, por unanimidad y en ambiente de fiesta, decidió ir en alianza con el Frente Guasu para la chapa presidencial.

¿Se enojó Avanza País porque se le dejó de lado a su candidato? No, porque esta decisión estaba cantada y la jugada de los Ferreiro fue simplemente una movida de peones sin mucha intención de ganar la partida.

Lo cierto es que Rubin acompañará al candidato que surja en la interna del 17 de diciembre, donde la puja se concentra entre Efraín Alegre y Carlos Mateo Balmelli.

Toda la oposición se encolumnó detrás de la chapa. En apariencias, por ahora. Falta mucho camino para construir una verdadera concertación que genere un efecto similar al 2008 y las demasiadas heridas abiertas siguen sangrando. Temas que han dividido en dos a la oposición y al mismo país: el juicio político a Lugo y la enmienda constitucional que derivó en la quema del Congreso y el asesinato del joven liberal Rodrigo Quintana. Basta con mirar las redes sociales para ver el asombro por la alianza y el desconcierto por el candidato propuesto.

EFRAÍN LO HIZO. En una rápida evaluación, se puede decir que Efraín Alegre impuso su visión. Contra viento y marea decidió que el PLRA lidere la chapa en el 2018 y, obviamente, él como candidato. Adoptó una posición dura en su partido expulsando a los llanistas por su relación carnal con Cartes y está seguro de que ganará la interna. No le fue fácil cosechar el apoyo de la izquierda. Semanas atrás nada más andaba tocando otras puertas buscando vicepresidente: Dionisio Borda, Miguel Carrizosa, quienes le dijeron que no.

Algunos señalan que Rubin ya estaba en su lista, además de otras figuras porque los plazos apremiaban. Efraín buscaba un vice y en su amplia lista estaban representantes de derecha y de izquierda, o alguien cuyo apellido le granjeara votos, incluido algún outsider, tan de moda en estos tiempos. Aunque el anuncio fue una sorpresa, el diálogo PLRA/Frente Guasu/Avanza País se realizaba paralelamente hace tiempo en secretas reuniones.

Efraín siempre quiso una alianza con el Frente Guasu, por el arrastre electoral de Fernando Lugo, y en segundo lugar, con Mario Ferreiro. Hoy tiene el apoyo de ambos.

Este pacto tiene proyección. Tanto Avanza País como el Frente Guasu, a sabiendas que sin el PLRA les será imposible una victoria electoral en el futuro, optaron por acompañar a los liberales. De esta manera, atan un acuerdo de cara al 2023. “Hoy por ti, mañana por mí”.

CRISIS LIBERAL. El PLRA aún tiene su interna, atravesada por una fuerte diferencia entre Efraín y Llano. El partido está obligado a resolver su pleito en una elección transparente y con reglas de juego claras y equitativas. Profundizar la grieta conspira contra las chances electorales de la alianza opositora. Como dijo Federico Franco: “Llano no necesita de los votos de Efraín para ser senador, pero Efraín necesita de los votos del llanismo para ser presidente”. ¿Suavizará el titular del PLRA su repudio a los llanistas así como lo hizo con los luguistas? Al fin y al cabo, el pecado es el mismo: la enmienda. Aún retumban las duras acusaciones de Alegre contra el llanismo y el Frente Guasu.

EL CANDIDATO. La sorpresa por la designación de Leo Rubin como dupla sigue generando debate. Sin duda, es el candidato más exótico a juzgar por los outsiders que irrumpieron en la arena política. Es sin duda una ficha arriesgada. El luguismo no nominó a ninguno de los suyos y alega que fue para evitar resquemores en otros sectores de izquierda. Otros sospechan que es una simple operación cosmética. Eso se verá cuando se defina el pleito liberal en diciembre y el compromiso que asuman en la campaña.

El candidato liberal necesita la foto con Lugo y con Mario, más allá del vicepresidente.

Pero esa es otra etapa.

Hoy, el PLRA se posicionó como alternativa electoral con proyección para disputar el poder a la ANR porque la sensación que existía era que el candidato colorado que ganase la interna se convertiría en presidente. El acuerdo con la izquierda le dio bríos, recuperó la agenda mediática e insufló esperanza en sus filas.

Es el efecto placebo que necesitaban para superar el síntoma derrotista que asfixiaba el panorama político.

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