Héctor vive con sus progenitores. Su padre trabaja en un aserradero y con esa labor mantiene a toda su familia. Sin embargo, ante la crecida del río tuvo que dejar de acudir a su puesto laboral, informó Vanessa Rodríguez, corresponsal de Última Hora.
Al niño se le ocurrió ayudar a su padre en medio de esta crisis y, a la vez, colaborar con sus vecinos que no lograban encontrar una forma de poder trasladarse en medio de las aguas.
Se ubica cada día en la cabecera del puente de Yabebyry, llegando de Ayolas, y ayuda a cruzar a las personas con una canoa prestada. A cambio recibe propinas; es decir, dinero a voluntad. Lo recaudado lleva a su casa para comprar al menos la leche para la merienda.
Solo puede hacer pasar máximo a tres personas, teniendo en cuenta su edad y fuerza, pues tiene que remar bastante para cumplir con su objetivo.
Según la corresponsal de este medio, el niño asegura sentirse sumamente bien de poder ser útil en este momento difícil de su pueblo.