Los obispos “rechazan y condenan” tales hechos criminales, así como todo tipo de violencia porque “ningún fin justifica su uso”.
Al mismo tiempo denunciaron la “inmoralidad de la ira, la venganza, el odio y la violencia que atropellan la dignidad de las personas”, sentenciaron desde la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP).
Las autoridades eclesiásticas no solo se pronunciaron en contra de los hechos de constante inseguridad, sino que exhortaron a los representantes de los tres poderes del Estado a que “arbitren todos los medios con el fin de esclarecer el hecho criminal y aplicar las penas correspondientes, así como tomar medidas para resguardar la vida de los bienes de las personas que habitan en el suelo patrio”, refiere el escrito.
Finalmente el documento culmina diciendo que “nuestro país necesita y merece vivir en paz como fruto de la justicia”. También expresaron sus condolencias, cercanía espiritual y solidaridad con los familiares de los fallecidos.