Celta tomó ventaja en la serie gracias a un gran partido con planteamiento perfecto de Eduardo Berizzo, que dejó helado a un Real Madrid sin capacidad de reacción.
El Celta ejerció un marcaje al hombre, con vigilancias especiales en el centro del campo y consiguió anular la salida de balón de su rival. Jugó con velocidad y encontró espacios al contragolpe. El Real Madrid necesitaba la brillantez de Modric y Kroos se veía obligado a retrasar muchos metros para iniciar jugada.
El balde de agua fría en el Bernabeú llegó a los 64 minutos cuando Iago Aspas aprovechó un mal despeje de Marcelo y adelantó al Celta en el marcador.
Cuatro minutos después, Marcelo se redimió de su error para con un zurdazo marcar el 1-1.
Pero en la siguiente jugada, Celta aprovechó el quedo de la defensa madrilista y con una pared entre Jonny y Aspas, los de Vigo pusieron el 1-2 a los 70 minutos.
A la desesperada el Madrid intentó igualar con centros de Cristiano Ronaldo, algunos cabezazos de Ramos y tiros de Benzema, pero la falta de precisión dejó al Real sin nada.