Los comunicados de desafuero de juzgados diferentes para el liberal Carlos Amarilla por lesión de confianza cuando fue gobernador de Central, y por difamación contra su correligionario Blas Llano fueron archivados ayer, en el Senado.
Hasta hubo un careo entre ambos senadores, lo cual dejó entrever el fuerte internismo que se vive en carpas azules.
Amarilla volvió a exponer sobre su gestión en la Gobernación de Central punto por punto, y se ratificó en las amenazas que recibió por parte de Llano la noche del 31 de marzo pasado, tras el incendio del Congreso, y que luego de ello se produjo el atraco policial a la sede liberal y el asesinato de Rodrigo Quintana.
Llano por su parte rechazó las acusaciones por parte de su correligionario y pidió que se acompañe el desafuero.
A la hora de la votación, no se consiguieron los votos para dejar sin fueros a Amarilla ni por la imputación por lesión de confianza, ni por la denuncia por difamación promovida por Llano.
Hubo algunas ausencias y también fue clave el hecho de que varios senadores se abstuvieron. Se precisaban 26 votos, que no se lograron ni con la suma de los cartistas, luguistas y llanistas.
Tras este resultado adverso, los liberales llanistas y los cartistas decidieron abandonar la sala por lo que dejaron la sesión sin cuórum.
El liberal Miguel Abdón Saguier fue quien ejerció la defensa de Amarilla, sostuvo que se trataba de una cuestión política y pidió el rechazo.
Los cartistas exigieron que se acompañe el desafuero, pasando por alto que habían salvado de una situación similar a Nelson Aguinagalde. Este había sido imputado por supuesta lesión de confianza por supuestas irregularidades durante su gestión como gobernador de Alto Paraná.
Llano pidió que no vaya al archivo el comunicado de desafuero, sino que se informe al juzgado, recordando que los fueros duran mientras se siga en el cargo de senador.
En el momento en que se retiraban de la sesión los llanistas y los cartistas, el liberal Luis Alberto Wagner alegó que no se debe dejar “que la gavilla de delincuentes juegue con la honra y darle oportunidad de perseguir”, en abierta alusión al Ministerio Público.
Careo. Llano se refirió a Wagner diciendo que sus declaraciones eran mentirosas, miserables y esquizofrénicas.
Alegó que a lo largo de los 25 años que le cupo estar en el Congreso tuvo enfrentamientos verbales y descalificaciones políticas con otros de sus colegas, refiriendo que los límites eran tolerables.
Pidió que se exhiba a través de la pantalla a Amarilla en el momento que lo acusó de ser el responsable del atraco a la sede liberal y del crimen de Quintana. “No puedo dejar pasar esta situación. Hemos vivido momentos de zozobras, amenazas en redes sociales, muerte a nosotros y amenaza a familiares”, manifestó Llano.
“Son infundadas, miserables y mentirosas estas afirmaciones”, refirió el liberal.
Amarilla, por su parte, ironizó diciendo que le refrescaría la memoria a su correligionario describiendo los detalles de la conversación telefónica que tuvieron.
Llano admitió que hizo la llamada a Amarilla, pero que no fue en los términos con que lo acusó el mismo.
Carlos Amarilla, senador liberal.
Ya que el senador Llano ha reconocido que hizo la llamada, soy una persona que generalmente estoy sobrio, y tomé apuntes.
Cierra (Llano) su llamada con lo siguiente: ‘Y otra cosa, preparate para sufrir las consecuencias del informe de Contraloría’.
Di por terminada esta conversación que duró 51 segundos con un exabrupto que voy a repetir: ‘Andate a la puta’.
Blas Llano, senador liberal.
No solamente fuimos amenazados, sino también nuestras familias, (...) por mensajes me recordaron que tengo hijos.
Hubo un clima de agresividad y violencia. No tenemos que caer. Muchos querían convertir al Senado en un cuadrilátero.
Por tránsfuga lo conocemos al senador Carlos Amarilla. Apoyó candidatura de otro partido.