Elías Cabral | Canindeyú
La mujer, con mucho temor, pidió se reserve su identidad porque de lo contrario podría ser ajusticiada, pero refirió que tomó coraje ya que casi la totalidad de los pobladores se dedican a la plantación de la droga, “inclusive docentes y policías están metidos de por medio”, aseguró.
“Lo más preocupante es que varios integrantes de familias ya quedaron locos a consecuencia del consumo del estupefaciente. Los indígenas se pelean y nuestra comunidad se ha vuelto una locura”, denunció, al tiempo de señalar que no hay otra forma de combatir el flagelo ya que la propia Policía estaría metida en el negocio.
Específicamente Ko’ẽ Porã y Punta Suerte están asechadas por cultivos, “en el mismo asentamiento no plantan, pero cerca de los ríos, en las tierras de los indígenas, en la colonia Kaaguy Porã hasta prensa tienen, muchos de los mismos patrones dan a consumir en el tereré a sus personales”, indicó.
“Un joven de 16 años desde hace 15 días que está loco y lo llevaron en ambulancia; fuman y consumen; los antidrogas no ingresan acá porque apañan todo” finalizó diciendo.
El exintendente José Martínez había dicho que la población en un 80% se dedicaba al rubro de la marihuana por la falta de otros rubros de renta.
Por su parte, el fiscal antidroga Vicente Rodríguez, de Curuguaty, consultado sobre el caso adelantó que solicitará un informe a la Policía Nacional de todas las Comisarías de la jurisdicción con relación a cultivos de marihuana, de manera a localizar las plantaciones y realizar los procedimientos correspondientes.
La colonia Ko’ẽ Porã dista unos 30 kilómetros de Villa Ygatimí, trayecto que tomó Pablo Medina para una cobertura periodística el día en que fue asesinado junto a su asistente Antonia Almada.