La XXIV edición de la marcha campesina arrancó en el Seminario Metropolitano. Los 7.000 labriegos tomaron Kubitschek, General Aquino, Azara y 14 de Mayo para llegar a la Plaza de las Armas, donde descansan para continuar con el programa de la movilización.
“Reforma agraria, urgente y necesaria”, “Horacio, Horacio, fuera del Palacio”, “Ndopopóiva ha’e Cartes ra’y” son algunos de los cánticos que acompañaron a la tradicional caminata.
Una patrullera de la Policía Nacional, cuatro motorizados de la Policía Municipal y varios agentes marcharon frente a los labriegos, mientras que otros acompañaban en las filas laterales y en varios puntos de la capital. El jefe del área metropolitana, Hermógenes García, no quiso precisar la cantidad de agentes destinados al operativo, pero refirió que son los necesarios para mantener la seguridad.
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Arnaldo Ayala recuerda que anteriormente los comerciantes cerraban sus puertas cuando los labriegos se acercaban, pero últimamente salen a las veredas a observar la movilización y muchos incluso toman fotografías y filman, como en esta ocasión. Tampoco hubo bocinazos de los conductores, a pesar del bloqueo temporal de las calles.
A las 15.30 habrá una fiesta popular en la plaza y a la misma hora, a metros, estarán los diputados sesionando en medio de una tensión entre parlamentarios que buscan la enmienda, por un lado, y los que la rechazan, por el otro.
Para la secretaria general de la Federación Nacional Campesina (FNC), Teodolina Villalba, no es coincidencia que los cartistas, luguistas y llanistas eligieran estos días para forzar la reelección vía enmienda.
Si bien los labriegos del sector rechazan la enmienda constitucional, no se suman a la indignación de los disidentes y opositores, pues consideran que estos también buscan solo intereses particulares.
El acto central será a las 19.30. La gran movilización cerrará con un discurso de Villalba, quien insistirá en la reforma agraria, asistencia técnica y acceso a créditos para los pequeños productores.
La primera marcha campesina se realizó ya en periodo democrático, en 1994. En esa oportunidad se desplazaron 15.000 labriegos hacia la capital del país en reclamo de la ansiada reforma agraria, mejores precios para los productos agrícolas y el cese de la represión hacia el sector.