Alcides Manena | Alto Paraguay
“La buena educación pasa por la calidad de personas y educadores que tenemos al frente de los hijos de esta patria, esto significa inversión. Con tristeza nos desayunamos cada día de cuantas estructuras edilicias se vienen abajo por desidia y egoísmo”, reflexionó el obispo.
Lamentó igualmente que cuando hay compatriotas que dan todo de sí para la educación de calidad pero se van recortando rubros, esto causa problemas y con ello van desapareciendo instituciones que ayudan al desarrollo del pueblo en relación con la educación, dijo.
Una situación muy acorde a la prédica del obispo atravesó este año el Centro Educativo Monseñor Alejo Ovelar (Cemao), que pasó penurias para conseguir rubros para el colegio de nivel agropecuario y culminó el año lectivo con mucho sacrificio, pero por falta de recursos para sostener a docentes debieron cerrar el bachiller técnico.
A este centro educativo asisten alumnos de escaso recursos, hijos de peones de estancias indígenas de distintas etnias, con el propósito de profesionalizarse y ayudar a sus familias a salir adelante.
Escobar instó a los feligreses a no doblegarse y recordó la frase del papa Francisco: “Primero la patria, después los bolsillos”.
Con respecto a la falta de energía eléctrica, ni sus colonias, ni sus asentamientos y muchos departamentos no tienen asegurada la electricidad, así como ocurre en Bahía Negra, a donde aún no llega la línea eléctrica de Itaipú.
No dejó de mencionar el problema vial, manifestando que arreglaron supuestamente caminos, destinando millones para ello, pero que el estado de las rutas no refleja tal inversión.
“Tenemos que ser capaces de denunciar sin miedo porque es algo que pertenece al pueblo”, refirió en referencia a la inversión realizada para la ruta de Alto Paraguay, donde el Estado invirtió 30.000 millones para reparar 650 kilómetros de caminos.
Sin embargo, tal inversión no redundó en beneficio de los habitantes, que quedaron aislados a causa del pésimo estado de los caminos.