“Francisco en el Paraguay motivó una respuesta de la sociedad que se movilizó tras su visita papal, esperándolo durante todo el recorrido que tuvo la agenda del visitante.
En general, se buscaba una presencia esperanzadora y, en particular, cada sector buscaba hacer escuchar sus peticiones o que el Papa en sus discursos reflexione o reclame sobre la situación que les toca vivir.
Lo que llamó la atención durante el recorrido del Papa fue cómo los ciudadanos salían a las calles para, al menos, verlo pasar.
Se apreciaba que la gente esperaba del Papa una presencia y un mensaje esperanzador, en especial de este Papa, conocido por su cercanía a la gente.
En ese sentido, se comprobó esto en los saludos que hizo a su paso, en particular, a los niños, ancianos y enfermos, y en las visitas fuera del protocolo, que aunque breves, resultaron muy significativas.
Entre los mensajes que dejó en esta visita el papa Francisco podemos señalar su admiración al pueblo paraguayo y “a la gloriosa mujer paraguaya”, frase que pronunció poco después de que lo eligieran y que había calado hondo en nuestro país.
Estas palabras levantaron la autoestima de un pueblo que pasa por muchas penurias.