“Queremos simplificar la forma en que los chicos aprenden”, declaró este viernes en rueda de prensa Rodríguez Larreta y agregó que “los docentes tienen que respetar las reglas del idioma español porque los chicos tienen que dominar el idioma tal cual es”.
Según el alcalde, un presidenciable dirigente de la coalición Juntos por el Cambio, la medida responde a los malos resultados en lengua y literatura mostrados en las recientes pruebas de nivel realizadas en las instituciones educativas.
La decisión, que generó una catarata de críticas, fue transmitida a todas las escuelas de la capital, tanto estatales como privadas, por una resolución de la ministra de Educación de la ciudad, Soledad Acuña.
“Los/as docentes (...) deberán desarrollar las actividades de enseñanza y realizar las comunicaciones institucionales de conformidad con las reglas del idioma español, sus normas gramaticales y los lineamientos oficiales para su enseñanza”, señala la resolución.
Ya no se aceptará el uso de “e” para marcar un género no binario, ni tampoco la “x” o el "@" en la escritura.
Entre el uso y la crítica
Aunque los adultos tienen resistencia, el lenguaje inclusivo, impulsado por el movimiento feminista y por la comunidad de LGBT, es utilizado por muchos adolescentes y jóvenes, y su uso es reconocido oficialmente en algunas facultades argentinas, como la de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires.
Sin embargo, también hay organizaciones de la Lengua y civiles que tienen sus cuestionamientos sobre estos usos, además de poner en duda si realmente se trata de una forma de “inclusión”.
“Es necesario mejorar pero (el camino) no es prohibir” ,reaccionó el ministro nacional de Educación, Jaime Perczyk, e instó a “redoblar los esfuerzos para que los chicos aprendan en mejores condiciones”.
En Argentina, un país federal, el Ministerio de Educación nacional fija la política educativa y controla su cumplimiento pero cada distrito es responsable de las acciones educativas.
“Los que somos docentes de personas jóvenes sabemos que estas nuevas formas ya están instaladas en el aula y que eso no impide, en nada, la comprensión ni la lectura”, advirtió en la red Twitter el escritor y doctor en filosofía Tomás Balmaceda.
La prohibición fue rechazada por gremios docentes y algunos centros de estudiantes al advertir que choca con la Educación Sexual Integral (ESI) y se opone a la ley de Identidad de Género de 2012.