En el comunicado, las hijas Norma y Liliana Urbieta expresaron el profundo dolor que les acompaña desde aquel 12 de octubre de 2016, cuando su padre fue privado de libertad por miembros del grupo armado autodenominado Ejército del Mariscal López (EML).
“Son nueve años de ausencia, de noches sin dormir, de lágrimas silenciosas y de preguntas que aún no tienen respuesta. Crecimos con su recuerdo y con el vacío inmenso que dejó su desaparición”, manifiestan en el texto.
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Las hermanas Urbieta pidieron a la sociedad paraguaya no olvidar el caso y mantener viva la búsqueda. “A la sociedad paraguaya le pedimos que no olvide a nuestro padre. Que no lo conviertan en una cifra más ni en una historia del pasado”, señalaron.
La familia instó a las personas que puedan tener información sobre el paradero del ganadero a comunicarse con las autoridades competentes. “El silencio prolonga nuestro sufrimiento y nos condena a vivir en esta incertidumbre insoportable”, expresaron.
El secuestro de Félix Urbieta sigue siendo uno de los casos más prolongados sin resolución en el Norte del país. Hasta hoy, nada se sabe sobre su paradero, pese a los múltiples operativos realizados por las fuerzas de seguridad.
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La primera prueba de vida se dio 15 días después del plagio y siguieron hasta febrero de 2017. En total, el grupo criminal había enviado a los familiares siete cartas y cinco videos como pruebas de que el ganadero seguía vivo.
Las hijas habían explicado que la familia había acordado con los captores el pago del dinero exigido por rescate, pero una de las personas que les habían prometido colaborar con el dinero no les cumplió, por lo que no se pudo realizar en la fecha y hora acordadas.
Por este caso fue detenida Lourdes Teresita Ramos, hija de Alejandro Ramos, principal sospechoso del plagio. La detenida habría confesado a Liliana Urbieta, una de las hijas de Félix, que el ganadero murió en el año 2019, tres años después de su secuestro.