10 feb. 2025

Venecia investiga extraño “acto de amor”

Un día un estadounidense, un italiano y un sueco decidieron sumarse a las milicias kurdas que combaten a Estado Islámico en Siria, una decisión que consideran “un acto de amor” porque en ese frente se libra una “batalla por la Humanidad”. La historia es parte de un documental presentado en Venecia.

Un soldado del ejército afgano toma posiciones durante los combates contra el Estado Islámico (EI) en Khot, en el distrito de Nangarhar. EFE/Archivo

Venecia toma cartas en el asunto. EFE/Archivo

EFE

Es la historia que recoge el documental “Our War”, presentado fuera de concurso en el Festival de Cine de Venecia y que ha sido dirigido por los italianos Bruno Chiaravalloti, Claudio Jampaglia y Benedetta Argentieri.

“Es una película sobre una elección muy fuerte y radical que muchas personas toman en la vida a veces inconscientemente. Trata sobre la emoción, el dolor, la fatiga y el amor que los combatientes han hallado allí", relató Chiaravalloti en una rueda de prensa.

El filme toma como referencia a tres occidentales que hicieron un paréntesis en sus vidas y se sumaron a las milicias kurdo sirias Unidades de Protección Popular (YPG) con el fin de combatir en primera línea a los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI).

Se trata del estadounidense Joshua Bell, el italiano Karim Franceschi y del sueco Rafael Kardari, quienes han nutrido el reportaje con las grabaciones que ellos mismos tomaron en el devastado frente de Kobane, en el Kurdistán sirio.

La cinta muestra los ásperos combates que se viven en la zona, los boquetes que deja la artillería de los terroristas en las barricadas kurdas y el titánico esfuerzo que estos llevan a cabo para hacer retroceder unos metros sus desafiantes banderas negras.

Argentieri señaló que en el documental “hay algo más que las imágenes que los medios de masa publican del conflicto” ya que, en su opinión, la cinta ahonda en “las personas”, hay “menos combates y una mayor humanidad y profundidad” sobre quienes empuñan el arma.

Señaló que la idea era conocer el rol, a menudo desconocido, de los internacionalistas, comprender las razones de su marcha.

En este sentido juega un papel fundamental las redes sociales ya que son las imágenes que llegan del conflicto o las aberraciones cometidas por los yihadistas lo que impulsa este fenómeno.

El sueco Kardari, por ejemplo, decidió sumarse a las milicias del YPG después de ver en Facebook un vídeo en el que los terroristas del Califato degollaban a una decena de niños. “Me tocó, me cambió la vida y en dos semanas estaba allí, dentro del infierno”, recordó.

El italiano Franceschi, de origen marroquí, relata ante el espectador su “bautismo de sangre”, el día en el que por primera vez apretó el gatillo al identificar a tres terroristas que trataban de infiltrarse entre la línea de defensa kurda.

Los tres milicianos alertaron de la fascinación que el conflicto genera en numerosos jóvenes de todo el mundo, que deciden viajar hasta Siria sin ser verdaderamente conscientes de lo que les espera.

Los combatientes se personaron este viernes uniformados a la rueda de prensa, en la que coincidieron en señalar que participaron en el documental para “demostrar a las personas lo que está sucediendo en esos territorios, en los que no se combate por Siria o por los kurdos sino por toda la Humanidad”.


“Queremos demostrar a todo el mundo que el verdadero problema no es solo Estado Islámico sino también los países que los apoyan, como es el caso de Turquía”, refirió Kardari.

Franceschi relató que en el Kurdistán conocieron a “hombres y mujeres verdaderamente valientes que luchaban por la Humanidad”.

“No es propaganda. Estamos acostumbrados a ver cómo a nuestros políticos se les llena la boca con términos como democracia pero allí hay personas que arriesgan su vida por defenderlos”, explicó.

En la cinta los tres combatientes abundan sobre cómo la comunidad internacional podría acabar con el EI: Bell considera que se podría alcanzar ese objetivo “en 6 u 8 meses” haciendo “más con menos”, es decir, armando a los kurdos en vez de bombardear la zona.

Los directores negaron que la película trate de animar a acudir a la guerra.

La situación del pueblo kurdo llegó al Festival veneciano y los tres combatientes, Bell, Franceschi y Kardari llevaron sus reivindicaciones a la alfombra roja, donde desplegaron un letrero en el que pudo leerse en inglés “Erdogán terrorista”.

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