La Escuela Taller beneficia a jóvenes de escasos recursos provenientes de áreas vulnerables de Asunción, como la Chacarita, el Bañado Sur, el Bañado Norte, Tacumbú y el barrio Santa Ana.
Desde 2025 perdió vigencia el convenio entre la Comuna y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), motivo por el cual urge la cancelación de la deuda.
“Se iba a cortar ya esta financiación porque ya llevaba demasiado tiempo. Se abrieron otras escuelas taller en diferentes lugares del país, por ejemplo, desde este año comenzó a funcionar la de Lambaré. Y como nosotros ya prácticamente teníamos una ayuda de ellos que era solamente para el material de prácticas, ya no contamos con esa colaboración”, explicó María Emilia González, coordinadora administrativa.
La encargada recordó que este año debió atravesar por una larga serie de gestiones administrativas, atendiendo a que la Comuna pidió a la escuela que presentara una gran cantidad de documentos.
“Eso retrasó totalmente el pago de becas. Después vino esta intervención y pedimos la ayuda de la concejala Jazmín Galeano”, resaltó.
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Precisó que fue gracias a una minuta presentada por Galeano que se destrabaron ciertos procesos, y que actualmente queda a cargo del intendente, Luis Bello, agilizar la situación.
“No habíamos presentado todavía los pedidos de julio, agosto, setiembre, entonces estamos presentando ahora (los documentos) con la promesa de que ya nos van a pagar”, contó la coordinadora.
Apuntó, como ya lo hiciera en su momento Galeano, que la falta de pago por las becas afecta considerablemente a los estudiantes, no solo porque les deja sin el dinero del pasaje para asistir a las clases, sino también porque no les permite acceder a un espacio de contención, en el que pueden expresarse.
“Este es un espacio seguro para los adolescentes. Por la tarde este es un lugar de contención donde hay rondas de escucha, donde se hacen actividades lúdicas y tienen atención psicológica”, resaltó.
Informó que cerca de 50 jóvenes, de un total de 70, ya abandonaron la escuela porque no pueden pagar el pasaje. En el sitio, además, los chicos pueden alimentarse gracias a los insumos que sigue proveyendo la Municipalidad pese a todo.
“La mayoría tuvo que desertar esperando que se regularice la situación”, lamentó la coordinadora de la escuela.
Reiteró que la deuda asciende a G. 100 millones acumulados desde enero hasta setiembre. El dinero, según explicó, se distribuye entre los 70 asistentes. A cada uno le corresponde G. 600.000.
“Comida estamos cubriendo, que ellos mismos cocinan y los insumos nos provee la Municipalidad. Pero para el pasaje ya no tienen y no pueden venir. Lo que ellos realmente ganan acá es el aprendizaje del oficio”, destacó González.
Las clases en el taller se realizan de lunes a viernes, de 07:00 a 15:00, y los jóvenes tienen la posibilidad de adiestrarse en oficios de albañilería, carpintería, electricidad, herrería, jardinería y pintura.
La coordinadora explicó que los estudiantes colaboran con la comunidad y realizan reparaciones en plazas y en donde les soliciten. “Donde sea necesario, intervenimos”, valoró.