La Receita Federal de Brasil informó la semana pasada que aplicará una tarifa externa al Mercado Común del Sur (Mercosur) para las autopartes con certificado de origen de Paraguay.
La medida del vecino país afecta a las maquiladoras locales, teniendo en cuenta que los establecimientos de producción de autopartes representan alrededor del 80% del total de fábricas. La medida pone en riesgo unos 10.000 empleos.
Es preocupante la situación por la que atraviesan las negociaciones con el vecino país con respecto al ámbito automotor.
Desde el sector oficial informaron que las negociaciones habían avanzado, pero se frenaron debido al énfasis otorgado a las negociaciones del Mercosur con la Unión Europea, cuyo acuerdo fue cerrado recientemente.
Las autoridades aduaneras de Brasil indicaron que, a diferencia de Argentina y Uruguay, no han podido negociar acuerdos bilaterales con Paraguay para la exoneración arancelaria de las autopartes.
A raíz de la medida tomada por el Gobierno del Brasil, autoridades nacionales señalaron que retomaron el trabajo y que en el corto plazo nuestro país presentará un borrador al Brasil sobre el acuerdo automotor.
Las excusas del Gobierno son endebles; que un país tenga un gobierno nuevo y que en el medio se estén produciendo otras negociaciones no excluye prestar atención a temas que son fundamentales para nuestro país.
Una de las barreras encontradas para mantener el arancel cero a las compras de autopartes paraguayas, es la condición innegociable del Brasil con respecto a la importación por parte de Paraguay de vehículos usados vía Chile.
Es necesario recodar que el régimen de maquilas cuenta con una normativa especial que incluye exoneraciones de impuestos. Este beneficio tiene como objetivo atraer la instalación de maquilas para generar empleos, transferir tecnología o fortalecer cadenas productivas.
Se espera que la pérdida de los recursos tributarios sea menor o por lo menos se compense con la creación de puestos de trabajo. Lo ideal es que el saldo neto sea positivo, es decir, que las ventajas en la generación de empleos sean superiores a la desventaja de no contar con impuestos que el país necesita para financiar obras de infraestructura, salud o educación, entre otras.
Es inadmisible que no exista una coordinación adecuada en la política económica. Por un lado, el país implementa medidas para lograr determinados resultados, pero por la inacción pone en riesgo no solo los resultados positivos de las maquilas, sino que además existe la posibilidad de que el gasto tributario derivado de la reducción de impuestos haya sido totalmente inútil.
Lo que resulta indudable es el hecho de que el Gobierno requiere de manera urgente reforzar su equipo de negociadores de temas económicos. Este es uno de los puntos que Paraguay deberá sentarse a negociar con el Brasil y para eso deberíamos estar mucho mejor preparados.
Esperemos que las autoridades con competencia en el tema actúen con rapidez y construyan una estrategia clara de negociación poniendo en primer lugar los intereses nacionales.