Ella montó un lavadero de vehículos en su propia casa por cuyo terreno aún está pagando a cuotas a una inmobiliaria. Tras analizar varios proyectos que tenía pensado emprender para ayudar a su marido que desde hace seis años tiene una gomería en el mismo lugar, se decidió por abrir un lavadero, donde ella misma trabaja lavando autos, camionetas, camiones grandes, motocicletas y hasta maquinarias agrícolas.
Para concretar su proyecto hizo un pequeño préstamo de un banco de plaza, ya que necesitaba armar la infraestructura y los equipos para proceder a las tarea de limpieza de los vehículos. Tras varios meses de vigencia del lavadero, Elizabeth cuenta que felizmente no erró al poner el negocio, ya que todos los días tiene clientes, lo que hace que obtenga una importante recaudación promedio por día. Con los ingresos paga su cuenta bancaria y obtiene un poco de ganancias diariamente para la manutención de su familia, tarea con la que contribuye también con su marido.
El emprendimiento Gomería y Lavadero Mburukuja está instalado en una urbanización nueva que está en constante crecimiento con un gradual proceso de población del sector, ubicado al lado de los populosos barrios Obrero y Los Colonos, a 37 km de la ciudad de Encarnación. La emprendedora vio que en su propio barrio hay muchos vecinos que poseen vehículos de variados tipos, modelos y tamaños, por lo que pensó en un lavadero, y acertó al optar por este emprendimiento, porque todos sus vecinos llevan sus vehículos a su lavadero. También vienen vehículos de otros barrios, e incluso de los distritos vecinos de Obligado y Bella Vista.
“Esto surgió de la necesidad de apoyar a la economía familiar, ya que mi marido era el único que trabajaba y a veces los ingresos no alcanzaban para cerrar el mes, entonces tras pensar mucho en qué hacer para ayudarle, salió lo del lavadero. Gracias también a un amigo de mi marido que una vez vino a visitarlo y le dijo que un lavadero iba a complementar su trabajo de gomería”, dijo emocionada Elizabeth Quintana. En realidad fue en un momento muy oportuno porque esta mujer que no quiere ir a trabajar de empleada doméstica, ya estaba imaginando poner algún negocio, y el aporte de la idea del amigo de su esposo, consolidó el emprendimiento.
“Estaba pensando en muchas opciones, pero no me decidía qué exactamente emprender, pero cuando surgió la idea del lavadero no dudé e inmediatamente me puse en campaña”, contó.
En los últimos tiempos aumentó el parque automotor de las Colonias Unidas, sobre todo por la facilidad de adquisición de hermosos vehículos japoneses que ingresan al país vía Chile. Aunque son usados originalmente en Japón, los vehículos llagan a nuestro país en muy buen estado. Este hecho brinda oportunidad laboral a los lavaderos, como el de Elizabeth, según confesó.