Sin lugar a dudas, la mujer paraguaya cumplió un rol preponderante en la historia de nuestro país. En este espacio reivindicamos semanas atrás a Serafina Dávalos. Hoy queremos hablar de una gran mujer luchadora, cariñosamente conocida por sus compatriotas como Doña Lola de Miño, quien fue una de las figuras femeninas de mayor vigencia y resonancia en la vida cívica de la Nación de su época.
Fue una gran referente matriarcal en la lucha de la mujer por reivindicar los derechos sociales, civiles y políticos de la mujer paraguaya.
Siempre fue una mujer muy comprometida con su pueblo. Nació en Villeta en 1903. Se graduó de maestra (Educadora), profesión que ejerció en su pueblo natal por varios anos. Durante la Guerra del Chaco, empujada por su vocación de servicio, presidio la comisión de ayuda a los combatientes de la guerra, donde se encargaban de recolectar alimentos, medicina y todo lo que necesitaban los combatientes.
En esta contienda la mujer paraguaya no permaneció displicente, tuvo una activa participación en las tareas que generalmente eran privativas de varones tanto en la vanguardia y en la retaguardia. Se alistaron como enfermeras y acudieron al campo de batalla a trabajar en los hospitales; inclusive algunas demostraron su valor como soldados en el frente de guerra. Otras organizaron y dirigieron comisiones; trabajaron en los talleres y en las fábricas e intervinieron como Madrinas de Guerra.
Doña Lola enviudó muy joven de don Luis González y luego se casó con José Miño, con quien fundó una empresa dedicada al comercio en todo el litoral del río Paraguay, desde Asunción hasta Concepción. Constituyó varios puertos como fondeadores de comercio y transporte de mercancías varias.
Logros
Su encendido verbo, su gran elocuencia, su entusiasmo y voluntad acorde se volcó al servicio de sus compatriotas. Recorrió todo el país varias veces llevando su voz y su accionar para bien de los mas carenciados, dejando a su paso realidades de mejoramientos, en cuantos lugares llegaba, e instando la esperanza de un mejor porvenir a pesar de los problemas políticos, entre los anos 40 y 60, en los albores de la democracia Paraguaya.
En el ano 1967 el Gobierno de entonces comprendió la necesidad de modificar la Constitución Nacional y llamo a elecciones para la formación de la Convención Nacional Constituyente, siendo electa Doña Lola de Mino como una de sus componentes, quien así se constituyo en la Primera Mujer Convencional, lo que poderosamente le permitió también ser electa la Primera Mujer Senadora de la Nación, y entre sus logros mas destacados se encuentra el que la Mujer Paraguaya pasara a constituirse en electora valida, amplió los espacios conseguidos por ella, modificando así leyes, reglamentos y estatutos de cuantas asociaciones componía, obligando a que la voz y la acción de la mujer y de los más desvalidos sean escuchados y tenidos en cuenta.
Así siendo ya de un modo de vida encabezó varias Instituciones, buscando el bien común, de igualdad de derechos para su género, el desarrollo de las acciones sociales en pro de quienes llamaba “mi gente”, es decir los sectores carenciados de su época.
Famoso discurso
En su rol de senadora de la Nación, doña Lola de Miño pronunció un sonado discurso el 1 de marzo de 1970, ante las autoridades nacionales, embajadores de naciones amigas y enviados especiales. Dicho discurso fue pronunciado en Cerro Corá, a orillas del río Aquidabán en conmemoración de la muerte del Mariscal López.
“Evocamos hoy a 100 años de distancia, en la figura del guerrero, terror del enemigo durante un lustro y depositario del cariño y respeto de sus compatriotas formados en ejército inmortal, el martirologio de todo un pueblo, pueblo supremo de ancianos, niños y mujeres. La famosa residenta que marchaba durante días y noches en cruda intemperie, cruzando estériles desiertos, pueblos desolados e inhóspitos lugares, iba dejando sus restos morales en bosques, selvas y esteros. Hoy en el centenario de la Epopeya Nacional y en nombre de las mujeres residentas me he sumado a la gloriosa cruzada patriótica con toda mi pujanza mística de paraguaya y colorada”, exclamó.
Fallecimiento
Falleció en el año 1976 durmiendo en la paz que consiguió al haber dado durante su existencia todo de si, para señalar los caminos que deberán seguir todas las personas que aman a su tierra y a sus compatriotas más necesitados y desprotegidos.
Judith, su nieta y constante compañía, desde muy pequeña se percató de un sueno incumplido por su abuela, la de crear una Fundación a través de la cual hacer perdurar en el tiempo por medio de una Institución, el ideario de país que pretendía y la manera de llevarlo adelante. Fue así que paralelamente a su carrera en las ciencias jurídicas realizó cursos de asistencia social rural en el país y en el exterior, tomándose un tiempo para hacer suyo el Espíritu de Doña Lola y poniendo su nombre, funda una Institución que tras casi 25 anos comienza con mucha energía a cumplir con los sueños de su antecesora. Desde el 27 de setiembre de 1999 se plasman en el acta fundacional las bases de una realidad que hoy la constituye la Fundación Dona Lola de Miño, presidida por su nieta Judith González Macchi, hermana del ex presidente de la República Luis Ángel González Macchi.
Hoy en día, varias plazas llevan su nombre, al igual que varias seccionales coloradas y algunos barrios asuncenos.
Alrededor de 1,4 millones de mujeres se encuentran trabajando dentro del territorio nacional, percibiendo un ingreso promedio mensual de G. 2,3 millones y 11 años de educación en su mayoría, según últimos datos del INE.
Si bien el número sigue siendo inferior frente a la cantidad de hombres que conforman la población ocupada del país, se destacan los espacios que han ganado las mujeres en los últimos años gracias a una actitud fuerte y constante, principalmente por mueres como Doña Lola.
Fuerte, tenaz, valiente, inteligente y corajuda. Estos son tan solo algunos de los calificativos que definen a una mujer, quienes desde siempre debieron navegar entre las olas de las injusticias, la discriminación y la desigualdad.
A lo largo de la historia la mujer ha tenido un preponderante papel en nuestro país.
