Vesna Bernardic - EFE
“A Tesla (1856-1943) lo podríamos comparar mejor con Leonardo da Vinci, un genio muy complejo al que, sin embargo, conocemos mejor como artista”, explica a Efe Helena Bulaja Madunic, responsable de la muestra Nikola Tesla, una mente del futuro, que se puede ver en Zagreb hasta el próximo 20 de marzo.
Siguiendo esa comparación con el artista renacentista, Madunic asegura que “observar a Tesla solo a través del prisma de ingeniero lo redujo injustamente y lo escondió de los jóvenes. Se trataba de un hombre realmente renacentista, polifacético, con muchísimos talentos”.
Ahora, esta muestra multimedia y futurista, que se presenta como una “exposición multimedia sobre el gran visionario que cambió el mundo”, quiere destacar a ese Tesla de cuya obra y figura bebieron luego otros científicos, artistas y sobre el que se han hecho películas, cómics y libros.
Tesla nació en 1856 en la aldea de mayoría serbia de Smiljani, entonces en el Imperio Austro-Húngaro, hoy Croacia.
Inventó la corriente alterna y el sistema polifásico de distribución eléctrica, patentes sin los que el mundo no se parecería nada a lo que es hoy.
A Tesla le debemos la radio y, en diferente medida, el desarrollo de la robótica, del control remoto, el radar, las ciencias de la computación, la balística, la física nuclear y la física teórica.
En la exposición se pueden descubrir varios de sus más conocidos inventos, como la turbina que fabricó de niño usando escarabajos que, al moverse, hacían girar el mecanismo.
También se expone una recreación artística de una de sus últimas ideas, un “proyector de cabeza” con el que representar físicamente pensamientos e ideas.
Pero, además de presentar estas innovaciones científicas y de recorrer cronológicamente su vida, la exposición se centra en cómo Tesla inspiró a artistas, influyó en el cine o en la ciencia ficción.
“Estar inspirado por Tesla significa despertar el código de la vida creativa en uno mismo, lo que es el mensaje principal que esta exposición desea transmitir al público”, explica Madunic, que lleva estudiando a Tesla desde hace once años.
Creadores como el director de cine Terry Gilliam o el productor Terry O’Reilly hablan a través de proyecciones de cómo ha influido Tesla en su trabajo.
En esos vídeos se cuentan anécdotas como la de que a Tesla se le ocurrió la idea del campo magnético rotativo mientras paseaba por Budapest recitando versos del Fausto de Goethe.
También se explica la inusual forma en la que Tesla presentaba al público sus invenciones, recurriendo al ilusionismo, a trucos y espectáculos excéntricos para explicar principios científicos difíciles de entender.
Entre los experimentos de Tesla que se exhiben está el del Huevo de Colón, una pieza ovalada de cobre situada en una plataforma metálica que comienza a girar al ser sometida a un campo magnético giratorio.
La muestra se exhibe en el Pabellón de Mestrovic, en una ambientación inspirada en el proyecto que el arquitecto catalán Antoni Gaudí hizo en 1908 para el Hotel Attraction de Nueva York, que nunca llegó a edificarse.
Madunic ha recurrido a esa escenografía porque justo donde debería haberse levantado ese edificio, tuvo Tesla su laboratorio en Manhattan, en la zona donde luego se levantaron las Torres Gemelas que fueron destruidas en el ataque terrorista de 2001.
En el equipo internacional de la exposición figura también el español Miguel Delgado, director de uno de las mayores exposiciones biográficas sobre Tesla, que pudo verse en Madrid en 2014, y que en enero dará una conferencia en Zagreb sobre la influencia artística de Tesla.
La exposición Nikola Tesla, una mente del futuro pasará tras su clausura en Zagreb por los lugares en que Tesla vivió, como New York, París, Praga y Budapest, y se planea su presentación en la EXPO mundial de Dubai en 2020.
