04 oct. 2024

Una araña manipula la luz de las luciérnagas para lograr más presas

Algunos animales saben sacar beneficio de otros, es el caso de la araña Araneus ventricosus, que manipula a las luciérnagas macho que caen en su tela para que emitan un tipo de luz propio de las hembras y atraer así a otros machos que le servirán como futura comida.

Luz creada por luciérnagas.jpg

Luz creada por unas luciérnagas, en una imagen de archivo.

Foto: EFE

Un estudio encabezado por investigadores de la Universidad Agrícola de Huazhong (China) y que publica Current Biology sugiere este comportamiento de las arañas en relación con las luciérnagas Abscondita terminalis.

Los machos de este tipo de luciérnaga tienen dos órganos productores de luz (linternas) que emiten varios destellos, mientras que las hembras solo uno, que produce una sola señal luminosa.

Los investigadores observaron que en las telas de araña de la Araneus ventricosus, las luciérnagas atrapadas son solo machos y nunca hembras.

La Araneus ventricosus practica “una comunicación interespecífica engañosa”, atrapando a machos a los que “predispone para emitir señales bioluminiscentes” que imitan las señales de atracción típicamente emitidas por las hembras para atraer a los machos, escriben los investigadores, tras sus observaciones sobre el terreno.

El resultado es que las luciérnagas macho atrapadas emiten señales falsas que atraen a más luciérnagas macho a la red, resumen los investigadores.

El trabajo señala que la telaraña capturaba más luciérnagas macho cuando la araña estaba presente, en comparación con cuando estaba ausente.

Lea más: Encuentran en Australia una araña venenosa de tamaño inusual

Además, descubrieron que las señales que emitían las luciérnagas macho en las telarañas con arañas se parecían mucho más a las señales de las hembras libres, es decir, de un solo pulso con una sola de sus linternas, no con las dos.

Las luciérnagas macho atrapadas rara vez atraían a otros machos cuando estaban solas en la red, por lo que no se considera que alteren sus destellos como señal de socorro.

El equipo consideró que, al detectar las señales bioluminiscentes de las luciérnagas macho atrapadas, la araña “despliega un procedimiento especializado de manipulación de presas que implica repetidos ataques con picaduras”.

Hasta el momento no ha sido posible determinar si es el veneno de la araña o solo la picadura lo que provoca los cambios en el patrón de parpadeo de los machos atrapados; por ello, el equipo indica que son necesarios ulteriores estudios.

Además, sugieren que puede haber muchos más ejemplos no descritos aún en la naturaleza en los que los depredadores puedan utilizar el mimetismo para manipular el comportamiento de sus presas, basándose en señales comunicativas que pueden incluir sonidos, feromonas u otros medios.

Fuente: EFE

Más contenido de esta sección
Los humanos ralentizan el habla cuando se dirigen a sus perros porque el ritmo más lento se adapta a la capacidad receptiva del animal, lo que permite que entiendan mejor las órdenes.
Un ejemplar de margay, un felino de bosques tropicales y subtropicales de América, fue rescatado por el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) cuando escapaba de una jauría de perros en el distrito de Yauyos, en la andina región de Junín, en el centro de Perú, según informó la entidad pública.
Toto, Santiago y Mosa, tres jaguares de entre 6 y 13 años de edad sobrevivientes del tráfico de fauna silvestre, encontraron su nuevo hogar en el Bioparque Municipal de La Paz, al que fueron derivados tras un incidente en el centro de custodia en el oriente del país donde estuvieron hasta hace unas semanas.
Un automovilista que circulaba por la ruta PY22 rescató a un tiríka que se encontraba postrado al costado de la carretera, a la altura del puente sobre Tagatiyami, Departamento de Concepción, con evidentes signos de haber sido herido por un arma de fuego.
Un grupo de investigadores descubrió una nueva especie de quimera o tiburón fantasma, un pez cartilaginoso emparentado con los escualos y las rayas que vive en las profundidades marinas, a más de mil kilómetros de las costas del este de Nueva Zelanda, anunciaron este martes fuentes científicas.
Una kuriju de gran tamaño fue rescatada por los bomberos voluntarios en una zona muy transitada de San Antonio, Departamento Central. El ejemplar fue liberado cerca del río.