Se repartieron los momentos por periodo. El Franjeado fue mejor de arranque, tomando un protagonismo lógico por su condición de local y por el buen momento que atraviesa en el torneo ejerciendo una alta presión con su triple línea de contención, en la que destacó Rodrigo Rojas como conductor.
Derlis González mostró que en los metros finales es letal, mientras que quedó en evidencia la dependencia de Roque Santa Cruz, al momento de tener un eje de juego.
Jorge Rojas suplió con buenos minutos a un desconocido Alejandro Silva (lento e impreciso), mientras que a Adebayor le falta de ritmo, pero afirmó la jerarquía en sus movimientos.
En el fondo, Olimpia sufrió por momentos cuando quedaba en el mano a mano, pero siempre tuvo un respaldo extra para cortar cada avance. Los laterales esta vez no fueron concluyentes.
Ordenado. A su vez, el Azulgrana fue compacto y solidario. La lucha en punta de Diego Churín fue efectiva, ya que supo ganar todas las pelotas altas, mientras que Óscar Ruiz tuvo una labor formidable al cerrar el corredor izquierdo y evitar el apoyo de Sergio Otálvaro.
Juan Patiño fue el patrón de la zaga, complementándose de buena manera con Saiz, que apostaron más al anticipo ante los rápidos del Franjeado. Los laterales cumplieron no arriesgando mucho, mientras que los habilidosos (Colmán y Díaz) tuvieron destellos, pero no aprovecharon los espacios que se generaron en la complementaria.
Sobre el final Víctor Topo Cáceres se encargó de cerrar el partido en el medio. El volante impuso presencia y mostró con empuje ser opción válida para buscar en ataque.
A pesar del empate, Cerro cierra la ronda con una sonrisa, atendiendo la semana pesada entre Copa y clásico, mientras que el Franjeado se frena en el torneo y deja flotando algunas dudas en un juego de alta intensidad.
El Franjeado fue mejor de arranque, mientras que el Ciclón tuvo un buen trabajo táctico en el empate 1-1.