Melanie Jackson, la dueña de un golden retriever que perdió la vista, encontró la manera de ayudarle a readaptarse al mundo presentándole a un lazarillo. Lo que no sabía es que iban a convertirse en grandes compañeros.
La vida de Tao, un perro adulto de 12 años, cambió por completo cuando perdió los ojos debido a un glaucoma, una acumulación de líquido que le causó dolor y pérdida de la visión.
Fue así, que Melanie decidió buscarle un pequeño compañero hasta que conoció al pequeño Oko, de ocho semanas de edad. Desde que se lo presentó a Tao, el cachorro se convertió en sus ojos y su ayudante para orientarse.
Pero eso no es todo, a partir de ahí los dos perros se volvieron inseparables y su dueña les creó una cuenta en Instagram, para compartir las aventuras de ambos animales que felizmente se complementan.
La cuenta con miles se seguidores se puede ver en un clip a Tao corriendo por un campo emocionado y luego aparece Oko, quien lo lleva de regreso a Melanie, informó El Milenio.
Melanie señaló al medio británico Somerset Live, que la confianza de Tao en el cachorro lo ha ayudado a aprender a lidiar con su pérdida de visión rápidamente.
Esta situación hizo que Melanie Jackson se interesara en trabajar en un club para perros, llamado The Kennel Club, quienes utilizaron el ADN de Tao para ayudar a identificar a otros perritos propensos a desarrollar glaucoma.