El órgano fiscalizador del Estado brasileño también obligó al exmandatario a devolver un fusil y una pistola que recibió en 2019 de parte de las autoridades de Emiratos Árabes Unidos.
Bolsonaro se encuentra en Estados Unidos desde el pasado 30 diciembre, dos días antes de terminar su mandato, y recientemente ha dicho que pretende volver a Brasil antes de que finalice marzo.
Según el fallo del Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU), todos esos obsequios deberán ser enviados a la actual Secretaría General de la Presidencia de la República, que deberá custodiarlos hasta que finalicen las investigaciones.
Asimismo, el tribunal decidió que se realice una auditoría sobre todos los regalos que recibió Bolsonaro a lo largo de sus cuatro años como presidente de Brasil.
La defensa del exmandatario, que considera que esos regalos son de carácter “personalísimo” y, por tanto, pueden integrarse a su acervo privado, ya había solicitado al tribunal que los custodie hasta que analizara el caso, pero el órgano no tiene potestad para hacerse cargo de ellos, por lo que ordenó su entrega al actual Gobierno.
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El escándalo de las joyas saudíes saltó a la palestra a partir de un reportaje del diario O Estado de Sao Paulo que reveló que el Gobierno de Bolsonaro intentó ingresar al país, de forma ilegal, joyas valoradas en 3,2 millones de dólares que las autoridades saudíes regalaron a la entonces primera dama, Michelle Bolsonaro, en octubre de 2021.
El Fisco las requisó en el aeropuerto internacional de Guarulhos, en Sao Paulo, tras hallarlas en la mochila de un asesor que integraba la comitiva del ministro de Minas y Energía de Bolsonaro, Bento Albuquerque, y observar que no habían sido declaradas debidamente.
Bolsonaro intentó diversas veces, a través de emisarios, liberar los obsequios de la lujosa marca suiza Chopard antes de finalizar su mandato el pasado 1 de enero, pero no tuvo éxito.
Días después, la prensa brasileña informó de un segundo paquete de joyas, compuesto por un reloj, un bolígrafo y unos gemelos, también de Chopard, que sí consiguió burlar los controles de la aduana y llegar hasta Bolsonaro.
Ese segundo conjunto de joyas es el que ahora tendrá que entregar Bolsonaro al actual Gobierno, que preside su mayor adversario político, el líder progresista Luiz Inácio Lula da Silva.