15 may. 2025

Transporte público en crisis

La transformación del sistema de transporte público anunciado por el Gobierno el año pasado sigue siendo una incógnita. En marzo llegaron los primeros veinte buses eléctricos de Taiwán para sumarse a la flota. Sin embargo, hasta ahora están guardados en depósitos sin claridad de cómo empezarán a operar.

Una novedad es el servicio Búho para el horario nocturno en que se mueven trabajadores de las áreas comercial, gastronomía y hotelería, pero su alcance es muy limitado.

Algunos políticos se aprovechan de la precariedad, como el caso del diputado Jatar Oso Fernández, quien propone la provisión de transporte público nocturno de forma gratuita, pero con la propaganda de “Oso Bus” a las puertas de contiendas electorales.

Es el mismo legislador que usaba a un funcionario del Congreso para limpiar su casa y cuidar de sus mascotas, que realiza disparos al aire y que mantiene un conflicto por ocupar irregularmente un inmueble donde construyó una lujosa casa de verano.

El propio Viceministerio de Transporte no ve la sostenibilidad del proyecto porque poner en marcha un sistema de esta magnitud exige una serie de requisitos.

Para la organización de pasajeros Opama, es incluso una burla la propuesta del legislador.

Mientras tanto, el Estado sigue pagando un millonario subsidio a empresarios del transporte para evitar que suba el costo para los pasajeros. El año pasado, Paraguay pagó unos USD 46 millones en este concepto y este año se prevé que un porcentaje sea cubierto con bonos soberanos.

El sistema de transporte que debe ser público, en realidad, está en manos del sector privado, que ante cualquier iniciativa progresista, amenaza con parar su servicio.

IMPACTO. De acuerdo con un estudio del Banco Mundial, alrededor de ocho millones de viajes por día se realizan en el área metropolitana de Asunción. Aunque los buses sardina siguen vigentes, solo el 7% de las personas se desplazan en esta zona en transporte público y el 78% utiliza automóvil y motocicleta.

Esta fórmula divide a las personas entre quienes tienen la posibilidad económica para contar con movilidad propia y quienes no pueden hacerlo. En el primer caso, no hablamos precisamente de una clase media alta, sino de quienes se endeudan al límite de quedar prácticamente sin opciones para trasladarse a sus puestos de trabajo.

La cantidad de unidades, los insuficientes itinerarios y el limitado horario nocturno obligan a tomar esta decisión, impactando en la economía familiar.

De esta manera, las motocicletas van copando cada vez más las calles, al igual que los automóviles, y se genera otro problema: el lentísimo tránsito.

Desplazarse entre Asunción y San Lorenzo puede llevar más de dos horas en momentos pico. El viaje ida y vuelta alcanza así casi cinco horas diarias, ocasionando un agotamiento adicional en los trabajadores, repercutiendo a su vez en la salud y productividad laboral. No obstante, ninguno de estos aspectos se tienen en cuenta en las empresas para evaluar su desempeño.

ALTERNATIVA. El gobernador del Departamento Central, Ricardo Estigarribia, y el diputado Raúl Benítez presentaron un proyecto de ley “De reforma del transporte público”.

La iniciativa prácticamente descentraliza la operación del transporte público. Esto significa que las gobernaciones y municipalidades serán responsables de la planificación y operación de los buses, pero el Viceministerio de Transporte seguirá a cargo de la regulación, fiscalización y subsidio. Es una propuesta de la oposición y en medio de una mayoría cartista en el Congreso, hay pocas posibilidades para su discusión.

Mientras no haya un debate real, no sabremos cuál es la mejor fórmula ante la crisis del transporte público y caos vehicular. Por su parte, el Gobierno Central prefiere minimizar los problemas y extender el statu quo .

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