26 jun. 2025

“Tradiciones” paraguayas

Desde mi balcón

Nuestras tradiciones pueden ser peligrosas... al punto tal que ellas tendrían un alto costo en vidas.

No, no me refiero al tradicional tereré o mate jeré, costumbres que usted y yo sabemos conllevan cierto nivel de riesgo, especialmente en épocas en las que la influenza o la gripe H1N1 hacen de las suyas.

El tema tampoco tiene que ver con esa otra práctica tan nuestra de comer chipa con butifarra o mbeju con cocido, viejas usanzas culinarias que aunque usted no lo crea también tienen sus altos costos y que suelen ir mucho más allá de los ocasionados por un simple sobrepeso.

No. La “Tradición” que nos incumbe en este espacio es bastante más peligrosa e involucra a un sector específico de la población paraguaya, el de los médicos.

Le explico. En una suerte de “eufemismo” o “en tono de elegante crítica” -como bien lo dijera mi buena amiga Nancy Areco, periodista compatriota que vive en São Paulo- el doctor Frederico Costa, oncólogo brasileño, recordó que en Paraguay “no hay tradición” de usar contrastes a la hora de reasegurar un diagnóstico (Diario Última Hora, 04/10/10; pág. 3).

Por si usted aún no lo sabe, Costa integra el equipo médico que atiende a Fernando Lugo en el Sirio-Libanés del Brasil y vino personalmente a buscarlo, el sábado pasado, para llevarlo a terapia intensiva de aquel encumbrado hospital.

Pero eso no fue todo, Costa también dijo que “nunca existió una infección” en el cuadro que Lugo presentaba entre el viernes y sábado de la semana pasada (una de las tantas versiones que dieron los especialistas locales cuando a Lugo lo internaron en el Sanatorio Migone).

No soy médica ni mucho menos, tampoco pretendo sugerir siquiera sobre qué tipo de vendita usar en la uña encarnada del pie izquierdo.

Lo que sí creo conveniente es que como ciudadanos usted, yo, su vecino y el mío abramos el debate sobre el nivel de atención a la salud que nos brindan en Paraguay, tanto desde los centros públicos como desde los privados. Es hora de saber cómo y dónde se forman y cuán preparados están quienes tienen en sus manos el cuidado de nuestra salud. Una señora cardióloga -remarco lo de señora no sólo porque es una dama muy respetable, sino por su excelente nivel de profesionalismo y cuya identidad me guardo porque no le pregunté si quería participar de este debate- me había dicho que en Paraguay legislar en serio sobre la responsabilidad médica es una necesidad.

Pues, bien, creo que el presidente Lugo con su caso nos está dando la oportunidad de por lo menos hablar del tema. Por de pronto sus médicos -los profesionales criollos, digo- deben ser los más interesados en responder y urgentemente a Costa. Caso contrario, de nuevo se impondrá aquella otra “tradición paraguaya”, la del oparei.