04 nov. 2025

“Thirza entró caminando y salió muerta”, recordó el padre en juicio oral

Los padres de Thirza Belén Portillo declararon esta mañana ante el Tribunal de Sentencia que juzga a la odontóloga Sandra Marcela Obertino, Vicente Cabrera y Adrián García, por la muerte de la niña de 9 años, tras una intervención quirúrgica en noviembre del 2021.

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Declaración. Narciso Portillo, durante su deposición ante el Tribunal de Sentencia esta mañana.

Foto: Gentileza.

“Thirza entró caminando y salió muerta. Lo que más me duele es que se fue con hambre y sed. Me dijo tres veces que tenía hambre y sed, pero la odontóloga me dijo que no podía comer ni beber...”, explicó entre lágrimas Narciso Portillo, padre de la niña fallecida.

Esta mañana, en la continuación del juicio oral contra los acusados por supuesto homicidio doloso, ante los jueces Celia Salinas, Olga Ruiz y Víctor Alfieri, declararon Paola Franco y Narciso Portillo, padres de Thirza Belén Portillo Franco, la niña que murió el 12 de noviembre de 2021. Tanto la madre como el padre contaron los pormenores del día en que falleció su hija.

Narciso Portillo indicó que salieron bien temprano de su casa de San Antonio para llevar a la niña al procedimiento. Al llegar, le sorprendió que la clínica no tenía ni un solo cartel, que era una casa particular.

Refirió que la hoy acusada Sandra Obertino le presentó a dos personas que iban a realizar el procedimiento. Señaló que ese día le comunicó que como no pudieron conseguir la anestesia para ponerle con una inyección en el hombro, le dijeron que iba a ser por vía.

“Mi esposa le preguntó si no era peligroso y Sandra le dijo que no, que tenía un equipo profesional y que habían hecho varias veces el mismo procedimiento”, aseguró ante los jueces.

Varias veces repitió que su hija antes de entrar le dijo que quería comer algo. “Tres veces me dijo que tenía hambre”, rememoró. Después le consultó a la odontóloga si podía comer algo y le dijo que no. Tampoco podía tomar agua.

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Otra declaración. Paola Franco, la madre de Thirza Belén, también contó al Tribunal de Sentencia lo ocurrido.

Foto: Gentileza.

También refirió que le pagó en efectivo la suma de G. 3.350.000 por el procedimiento. “Ella tomó el dinero y lo puso en su bolsillo. Le dije que lo contara, que la plata estaba para contarse”, acotó.

Manifestó que le pidió una constancia de que estaba ahí, ya que debía pasar a su trabajo, debido a que le llamaban de Recursos Humanos. Al final, envió por WhatsApp el documento que le hizo la odontóloga.

Contó que Obertino hacía llamadas a una persona que no llegaba. Luego salió al portón y vio que llegaron dos personas, que entraron sin saludar y que eran los que harían el procedimiento. Alegó que no le dejaron entrar ni a él ni a su esposa.

“Lloró mucho”

El hombre rememoró que luego entró junto con su esposa, donde escuchó que su hija lloró mucho y que luego se calló. Posteriormente, salió la odontóloga que les dijo que todo salió bien y ante la consulta de que lloró mucho su hija, les comentó que iban a comprarle algo que le gustaba.

Expresó, ya entre lágrimas, que luego salió la doctora y le dijo a su esposa que Thirza no despertaba y que no se preocupara, que ya llamó a una ambulancia. Su esposa le dijo lo que pasaba y, desesperado, salió a esperar a la ambulancia.

Indicó que pasó cerca de media hora y no llegaba. Cuando apareció, pasó de largo, porque no había cartel. Finalmente, fue hasta ellos y los guio hasta la clínica. “Entró la camilla, y tardaron mucho. Luego salió mi hija en la camilla y quedó al lado de la ambulancia, en el sol. Me acerqué, le toqué sus pies y estaban fríos. No era la Thirza que recordaba”, dijo.

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Vía telemática. La acusada Sandra Obertino participa en el juicio oral en forma virtual, debido a que tiene un hijo de meses.

Foto: Gentileza.

El padre de Thirza informó que luego salió la ambulancia y que la seguían en su vehículo, pero que se les perdió en el tránsito. Que fueron al Instituto de Previsión Social, luego al Ineram y finalmente a Lacimet, donde la encontraron.

Comentó que Obertino y su esposo, Carlos Villalba, estaban ya ahí, ya que fueron en una motocicleta. Al llegar, ella les dijo que Thirza estaba estable y que no se preocuparan. Sin embargo, la niña ya estaba muerta.

“Nos mintió. Dijo que estaba bien, pero ya estaba muerta. Lo que más me duele es que Thirza tenía hambre y tenía sed”, reiteró, como recriminándose por eso.

Lea más: Fijan para octubre el juicio oral por la muerte de Thirza Belén

Comentó que llamó a su jefe y le contó que su hija falleció. Luego vinieron y ahí le dijeron que hiciera la denuncia porque habían matado a su hija.

Alegó que nunca le llamaron, solo con abogados que le ofrecían plata. “Solo plata, plata. ¿Y para qué quiero plata si mi hija ya está muerta?”, se preguntó ante el tribunal.

Luego hicieron preguntas la Fiscalía y la querella, a más de la defensa.

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