“Tengo miedo en todo momento, pero qué le vamos a hacer, tenemos que seguir”, relató ayer la joven, empleada administrativa de una estación de servicios, quien sufrió un asalto en la compañía Piquete Cué de la ciudad de Limpio, en la mañana del martes.
La mujer fue brutalmente golpeada por dos delincuentes mientras le exigían que entregue la llave de la caja de seguridad.
“Me pedían en todo momento la llave de la caja fuerte y yo no les entregaba, y vieron en mi cintura colgada una llave y pensaron que era esa. Uno de ellos intentó quitarme, quiso meter su mano en el bolsillo de atrás y me manoseó; ahí reaccioné y le pegué. Después ellos me empezaron a pegar por la cara y me tiraron al suelo”, contó.
La joven cuenta con hematomas en diferentes partes del cuerpo, rastros de la golpiza que recibió.
Igualmente, pese al terrible hecho de inseguridad del que fue víctima, la mujer se presentó al día siguiente a su lugar de trabajo.
“Es el pan de todos los días, ves en los noticieros todo esto (casos de asaltos). Sí, te quedás con miedo de cómo vas a seguir, porque no pensé nunca que me iba a pasar y uno no mide tampoco cómo va a reaccionar en ese momento. Ahora veo el video y ellos estuvieron a punto de dispararme en la cabeza”, reflexionó.
La joven reconoció haber quedado con miedo y ansiedad cada vez que debe asistir y mientras permanece en su lugar de trabajo. Por la impresión que le causó el asalto, cada vez que llega un automóvil le entra una sensación de inseguridad y le viene a la mente todo lo que vivió a manos de los delincuentes.
Miedo. La sicóloga Carolina Valdez, del Centro de Atención Integral (Cenai), explica que después de pasar por la experiencia de un asalto en la calle, en la casa o en su lugar de trabajo, es inevitable tener una sensación de inseguridad, debido a que aparece el sentimiento de fragilidad en el entorno donde ocurrió el hecho.
Sobre el punto, explicó que, generalmente, las personas víctimas experimentan las secuelas sicológicas, como el miedo, aparece la angustia por estar en el lugar del evento traumático.
Señaló que recordar el mal momento vivido genera sentimientos de temor ante una repetición de lo sucedido.
Otra sensación es la de pánico, cuando las personas automáticamente al escuchar cualquier sonido cambian de actitud y se presenta una alerta constante. La profesional recuerda la importancia de seguir con la vida normal, pero también de darse el tiempo para superar, dependiendo de la gravedad de la situación que se vivió y, si no pasa el miedo, es necesario recurrir a la ayuda profesional.