Antes de la pandemia, aparentemente, muy pocas eran las personas que utilizaban la modalidad del teletrabajo en la cadena laboral, pero con la llegada del Covid-19 muchas organizaciones debieron adaptarse a este modo obligatoriamente, también en atención a las restricciones que impuso el Gobierno para evitar el contagio masivo del virus.
No obstante, para entender mejor qué significa la modalidad del teletrabajo, es importante explicar que se refiere a una forma flexible de organización del trabajo que consiste en el desempeño de la actividad profesional sin la presencia física del trabajador en la empresa durante un horario laboral designado.
Esta modalidad contempla a diferentes tipos de actividades que se pueden desarrollar por medio de las nuevas tecnologías.
A simple vista puede ser una gran ventaja tanto para los empleadores como para los trabajadores, pero también existen desventajas que podrían representar desafíos para ambos sectores.
Lo cierto es que desaparecen los límites geográficos entre el trabajo y la casa y surgen preguntas acerca de la conveniencia de permanecer bajo esta modalidad.
Ante esta situación, Última Hora lanzó una encuesta en redes sociales para conocer la opinión de los internautas con relación al tema y sobre todo si estarían de acuerdo en continuar con esta modalidad en la pospandemia.
En Twitter, el 71% respondió que le gustaría seguir trabajando bajo esta modalidad cuando pase el periodo de la pandemia, mientras que un 29% contestó que no está de acuerdo.
Por otra parte, en Facebook, las personas comentaron que el teletrabajo es muy saludable y beneficioso en algunos casos, mientras que para labores necesariamente físicas se debe tener en cuenta que no se aplica.
Desde Última Hora consultamos puntos de vista acerca del tema al sociólogo e investigador Ignacio González Bozzolasco y la sicóloga y experta en Recursos Humanos Deysi González Sánchez.
Ventajas y desventajas
Entre las ventajas que se pueden destacar del teletrabajo, el sociólogo señala que estudios recientes desarrollados en Europa destacan condiciones favorables como ahorro del tiempo de traslado entre el hogar y el lugar de trabajo, una mayor autonomía por parte de trabajadores para el desarrollo de sus tareas y mayor flexibilidad organizativa.
Mientras que, para las empresas, los beneficios se abocan hacia la reducción del espacio necesario para el desarrollo de sus actividades, así como de los costos e infraestructura asociados al mismo.
En el mismo sentido que el sociólogo, la experta en RRHH coincide en las ventajas y agrega que en cuestiones de salud se evita el estrés del tránsito caótico, se logra una alimentación más sana en el hogar, se contamina menos el ambiente y hasta se reduce la posibilidad de accidentes laborales.
Pero no todo es color de rosa para esta modalidad, según el sociólogo, ya que entre las desventajas se pueden resaltar que existe una tendencia a trabajar más horas, además de la superposición entre el trabajo remunerado y la vida personal, con una mayor interferencia de las tareas laborales en la vida doméstica.
“Esto último es muy claro, no dejamos el trabajo en la oficina, sino que está con nosotros, en el centro de nuestra vida personal: nuestro hogar”, expresa González Bozzolasco.
Por su parte, González Sánchez describe que el trabajador se puede sentir aislado al no estar en contacto directo con los miembros de la empresa, no existe un ambiente laboral y se requiere transmitir nuevos valores de la empresa para que los empleados tengan claro los cometidos.
Además, señala que puede resultar una dificultad que no se tengan todas las herramientas y comodidades que en la oficina, como buena iluminación, conectividad, computadoras, impresoras, entre otros; y que los sistemas confidenciales podrían llegar a ser vulnerables e inseguros.
Impacto social del teletrabajo
Si bien estas ventajas y desventajas se podrían resumir como globales, hay aspectos importantes a tener en cuenta a nivel regional y sobre todo en lo que respecta a Paraguay.
“Nuestra región presenta una mayor brecha tecnológica en comparación a Europa, lo que resulta un tema clave a la hora de hablar de teletrabajo. Esta es una mezcla problemática para sociedades como la nuestra, ya que, en un escenario de menores garantías laborales y un limitado respeto a los derechos, los empleadores podrían trasladar los costos a sus trabajadores”, sostiene el sociólogo.
Con esto, González Bozzolasco explica que muchos trabajadores absorben los costos de equipos, infraestructura y conectividad, bajo el temor de perder el empleo, sumado a los derechos laborales poco garantizados.
“Esto está pasando hoy en día en nuestro país, tras el estallido de la pandemia. En muchos casos, incluso se ha accedido a reducciones significativas de salario ante el temor de perder el empleo”, menciona.
El sociólogo considera que un efecto social del teletrabajo podría derivar en una mayor precarización laboral, así como el deterioro de las condiciones de vida de muchos empleados.
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Por su parte, para la psicóloga Deysi González las personas que están sujetas al teletrabajo también podrían recibir impactos a nivel emocional, como por ejemplo buscar la parte social del trabajo como el compartir diario con los compañeros, las experiencias en relaciones humanas o permanecer en un mismo ambiente.
“El empleador también puede sentir como una especie de pérdida de control de sus colaboradores al no tenerlos a la vista supervisándolos constantemente”, agrega la especialista.
Desafíos
En cuanto a los desafíos, el investigador refiere que, teniendo en cuenta los análisis europeos, la interferencia de las tareas laborales en la vida doméstica a raíz del teletrabajo, supondría, una mayor carga para las mujeres que desarrollan tareas en esta modalidad.
Tal premisa se sustenta en el escenario paraguayo teniendo en cuenta la primera Encuesta Uso del Tiempo en Paraguay, donde los resultados revelan que las mujeres son las que dedican una media de 18,3 horas semanales al trabajo doméstico no remunerado frente a las 5,3 horas a la semana que emplean los hombres en las tareas del hogar.
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“La persona puede sufrir un estrés al estar dividida en la casa, los niños y el trabajo en un mismo ambiente lo que mentalmente pesa más. Puede haber conflictos con la familia, especialmente cuando hay mucho trabajo o tensión”, añade, por su parte, la sicóloga.
Para la experta en RRHH, otro gran desafío del teletrabajo es que requiere de una alta disciplina y organización del tiempo.
“Sin estos dos condimentos esta modalidad de trabajo podría resultar en un caos, sobre este punto he escuchado a muchos colaboradores quejarse de que el empleador no respeta los horarios y trabajan 24/7 o exigen la conexión atada a la computadora o celular fuera del horario de trabajo. Esto genera un sobreagotamiento y estrés. Ambas partes deben acordar horarios y metas de trabajo ya que esta modalidad está enfocada al trabajo basado en resultados”, sostiene la profesional.
¿Qué enseñanzas nos deja esta experiencia?
A criterio de ambos profesionales, la expansión acelerada del teletrabajo demuestra las ventajas de la tecnología en la vida de las personas y de las organizaciones. Para el sociólogo:
Mientras que para González Sánchez, el uso de las tecnologías y las telecomunicaciones representan una decisión y una necesidad de analizar con cautela ya que no todas las organizaciones están preparadas para este cambio cultural.
Otro aspecto que refiere el investigador es que esta situación evidencia la urgente necesidad de contar con un Estado presente, capaz de intervenir y regular el trabajo en este tipo de coyunturas.
“Los derechos laborales están consagrados en la legislación, pero es el Estado el responsable de velar por su cumplimiento en una relación en la cual el trabajador es siempre el factor más débil de la ecuación. Habría sido muy oportuno contar con una normativa que regule la modalidad de este trabajo tiempo antes de que recibiéramos los golpes de la pandemia”, considera.
Actualmente, existe un proyecto de ley que garantiza el derecho a las telecomunicaciones para el teletrabajo y telestudio debido a la emergencia nacional por la pandemia del coronavirus. El proyecto busca establecer un régimen jurídico para personas que trabajan a distancia por medio de la tecnología, sin embargo, solo tiene media sanción por la Cámara de Senadores.
¿Cómo sobrellevar el trabajo bajo esta modalidad?
Es importante comprender que la llegada de la pandemia también da lugar a la generación de efectos sicológicos. No obstante, es importante tener en cuenta algunas recomendaciones para sobrellevar la situación.
“Es necesario que las personas que actualmente se encuentran desarrollando teletrabajo compartan sus experiencias, las ventajas y problemas que perciben. Más allá de los distanciamientos impuestos por la pandemia, es posible establecer canales de intercambio y articulación por diferentes vías, como las redes sociales, por ejemplo. Creo que organizarse, compartir situaciones y problemas es siempre una buena opción para los trabajadores y las trabajadoras. Es el punto de partida para poder garantizar derechos e impulsar transformaciones”, reflexiona González Bozzolasco.
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A su turno, la especialista Deysi González menciona que es necesario que las organizaciones compartan una buena planificación con los trabajadores, de manera a que el teletrabajo brinde resultados exitosos.
“Para implementar el teletrabajo y que funcione correctamente, la empresa debe estar a la última en tecnología. Es necesario una buena conexión a la red, buenos equipos y sobre todo buenos canales de comunicación entre los miembros de la empresa”, recuerda.
Asimismo, resalta que es importante y sano hacer una pausa en medio del trabajo, dormir las horas necesarias, alimentarse correctamente y tener una agenda de actividades laborales. Además de armar un espacio de oficina que sea lo más parecido posible a un lugar de trabajo evitando distracciones y teniendo ergonomía, escritorio, silla cómoda, entre otros.
El escenario de la pospandemia
Conforme se vayan levantando las restricciones y se vuelva a migrar hacia una “nueva normalidad” en la pospandemia, la pregunta que queda en el aire, y cuya respuesta aún es incierta, es si la modalidad del teletrabajo permanecerá en el entorno laboral del país.
“Todavía es muy difícil proyectar con cierta precisión cómo será el escenario pospandemia. Pero más allá de esa incertidumbre, estoy seguro que esta experiencia marcará de manera indeleble a todas nuestras sociedades. Seguro que muchos de nuestros hábitos, en general, se verán modificados: en la forma de vida, de consumo, de estudio o de trabajo, solo para citar algunas dimensiones de nuestra cotidianidad”, afirma el sociólogo.
Finalmente, a criterio de González Bozzolasco esta experiencia debe cambiar la forma de ver el futuro y que eso ayude a repensar como sociedad la importancia que tienen las políticas públicas de protección y cómo los recursos invertidos en ellas, antes que gastos, son una inversión.
“Creo que esta situación nos permitió ver de otra forma cuestiones como el valor de un seguro médico eficiente o la conveniencia de contar con políticas para cubrir a trabajadores y trabajadoras que caen en el desempleo, solo para mencionar dos aspectos claves que afectaron con fuerza al país en los últimos meses”, concluye.
La especialista en RRHH, a su turno, considera que el teletrabajo ha llegado para quedarse, y no solo a raíz de la pandemia, ya no es una opción sino una necesidad en el nuevo mercado laboral.