27 may. 2025

Señalan preocupante avance de las mafias con complicidad del Estado

El sociólogo uruguayo Gabriel Tenenbaum habló sobre cómo el crimen organizado actúa y crece en Paraguay y otros países utilizando las estructuras institucionales para proteger sus negocios.

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Lujo. Mansión que el senador cartista Erico Galeano vendió al procesado por narcotráfico Miguel Insfrán, alias Tío Rico.

archivo

El avance y crecimiento del crimen organizado en Paraguay y el mundo se alimenta de la complicidad de las autoridades e instituciones del Estado para proteger sus negocios, según analiza el sociólogo uruguayo Gabriel Tenenbaum, quien habló con ÚH sobre dicha problemática preocupante y sobre cómo actúan en la región y se mueven hacia otros países.

Tenenbaum sostuvo que el concepto de infiltración de las mafias en los Estados no se ajusta a la realidad, señalando que el término más apropiado sería protección o complicidad de los que administran el Estado, ya que existe una dependencia entre ambos para que el “negocio” sea exitoso.

“Hablar de infiltración le da una carga pasiva a lo que las instituciones, autoridades políticas o jerarcas en la parte administrativa de los gobiernos hacen para que el negocio funcione. El concepto más atinado me parece de cómo se termina expresando el fenómeno es la protección... Las instituciones no son infiltradas por el crimen organizado, se vuelven parte de la nómina de la organización criminal”, dijo.

Indicó que hay varios niveles de comportamiento del crimen organizado, por ejemplo, el narcotráfico que requiere una gran capacidad logística para mover volúmenes importantes de mercaderías que mueven millones de dólares, y requieren personas especializadas que colaboren con el movimiento de dinero e infraestructuras para montar todo.

“Evidentemente, para poder llevarse adelante todo esto, el crimen organizado necesita protección de personas que ocupan posiciones claves en las esfera pública y también la privada. Por ejemplo, para poder mover 4 toneladas de cocaína que bajan de Bolivia a Paraguay, de ahí agarran la hidrovía o llegan a Uruguay por avionetas, se va acopiando, va al puerto de Montevideo, se carga y va a un puerto de Hamburgo o Berlín, todo eso necesita protección”, manifestó.

Dijo que se utilizan las mismas rutas aéreas o marítimas que son comerciales, así como los mismos dispositivos de transporte logísticos de otras mercaderías como la soja o la carne que se exporta.

“Siempre se necesita protección, y la protección se brinda de distintas maneras, a partir de la norma, de la opacidad estatal con falta de supervisión, y por supuesto, con corrupción. Entonces, este tipo de delitos, como los casos de Marset e Insfrán (Tío Rico), y toda la estructura que ellos fueron montando, evidentemente necesita protección para que eso se mueva”, dijo.

Cuestionó también expresiones cotidianas sobre las mafias de “no aparece en el radar” o “se manejan por túneles oscuros”.

“Todo esto, para que se pueda realizar, por el volumen que tiene, se realiza con complicidad, con favores, con silencios, con deudas que se cobran, en fin, hay múltiples mecanismos para que el mercado funcione. Entonces, me parece que el concepto es el de protección”, indicó.

Tenenbaum habló de distintas formas de vínculos entre el poder político y el mafioso, que a veces es directo y otras se dan a través de una tercera figura que los une.

Dictaduras abonaron camino para fortalecimiento del crimen organizado Las dictaduras latinoamericanas generaron condiciones óptimas para que el narcotráfico y el crimen organizado se vayan instalando y fortaleciendo, según señala el sociólogo uruguayo Gabriel Tenenbaum, quien habló de la experiencia de su país. “En Uruguay, en la década de los 70, en la dictadura, se realiza un rediseño de su política económica, y en ese rediseño, se transforma, entre otras cosas, en una plaza financiera flexible al capital internacional, no en un paraíso fiscal, pero sí en una plaza financiera atractiva al gran capital internacional. Entonces, ahí empieza, por ejemplo, la creación del secreto bancario, del secreto tributario, se crean instrumentos financieros off shore, por ejemplo, un estudio de abogados puede operar con valores en el exterior sin que toquen el país, se desarrollan los casinos, se quitan restricciones al uso de los dólares”, detalló. El sociólogo agregó que la dictadura uruguaya también creó una normativa para poder exportar metales preciosos como el oro y la plata sin pagar impuestos ni dejar registros. “Se creó este sistema atractivo para el capital internacional y eso brindó protección al capital sucio. A partir de esa estructura que se generando en el Uruguay, nosotros tuvimos participación local de organizaciones transnacionales como en su época lo fue Medellín, Cali, Juárez, más adelante Sinaloa, Jalisco Nueva Generación, el Norte del Valle y también tuvimos europeas, operaron en el Uruguay para lavar y repatriar el dinero”, indicó. Resaltó que estos mecanismos permiten algo fundamental para el crimen organizado que es el lavado de dinero de sus negocios.

Las instituciones no son infiltradas por el crimen organizado, se vuelven parte de la nómina de la organización criminal.

Para mover sus negocios, la mafia necesita protección de personas que ocupan posiciones claves en las esfera pública y privada.

Marset e Insfrán (Tío Rico), y toda la estructura que montaron, necesitó protección para que eso se mueva. Gabriel Tenenbaum, sociólogo uruguayo.

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