Se trata de dos orcas y seis belugas, que fueron cargadas en contenedores especiales con éxito, afirmó en un comunicado el director de Vniro, Kirill Kolonchin.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, quien trató esta cuestión durante el programa anual Línea Directa con los ciudadanos rusos, había ordenado al Gobierno el pasado mes de mayo que encontrara una salida a la situación de los cetáceos capturados.
Durante el transporte los animales estuvieron acompañados por un equipo de 70 personas, entre entrenadores, científicos, médicos veterinarios y personal de apoyo.
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Los científicos instalaron etiquetas satelitales especiales para rastrear el movimiento de las belugas y orcas después de su liberación en la naturaleza.
En la “cárcel de ballenas” aún quedan 81 belugas, nueve orcas y cinco crías de morsa que sufren hacinamiento y malas condiciones sanitarias.
Los animales recluidos están enfermos, a lo que se suma el hielo y la falta de espacio, motivo por lo que las ballenas sufren de hipotermia.
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El centro los vendía a delfinarios y centros acuáticos chinos por sumas millonarias.
El viceprimer ministro Alexéi Gordéyev aseguró en la Línea Directa del presidente ruso que “el Gobierno ruso ha decidido modificar la legislación y prohibir la cría (de animales) con motivos culturales y educativos”.
Sin embargo, se mantiene una excepción para “motivos científicos y para los pueblos indígenas del Norte”, especificó.
Según Gordéyev, las demás orcas y belugas de la cárcel de ballenas serán transportadas a su hábitat natural en una operación que durará cuatro meses.