En el Jurado de Enjuiciamiento, la ex ministra Pucheta, quien ocupa el cargo de forma ilegal, ya comenzó a operar como lo hacía su padre al servicio del tirano. A pesar de los duros argumentos de su ex colega Martínez Simón, quien afirmó que la fiscala Stella Mary Cano no podía seguir en su puesto porque violó todos los preceptos legales en la imputación contra un ex intendente asunceno. Al final, la fiscala solo fue apercibida. Seguirá en su puesto al servicio de los mismos políticos que la salvaron. Nadie reaccionó. Ni los abogados, sus colegas ni su actual jefe, Emiliano Rolón, quien en su habitual cantinfleada intentó darle verosimilitud jurídica a algo que violenta el sentido de la Justicia. No en balde en la semana el senador Nakayama lo llenó de agravios e insultos pidiendo que si no puede ponerse “los pantalones largos” que renuncie y que reconozca que el cargo le queda grande. Todavía le faltan cuatro largos años y esto puede ser peor que Díaz Verón y Sandra Quiñónez juntos, quienes se reirán ante la escena que observan.
La oposición volvió a sesionar junto con los oficialistas en el Congreso. Latorre, el gran distribuidor de prebendas y ordenador de gastos de los nepobabies, se aseguró un año más al frente de los diputados. En Senadores, la lucha parece zanjarse a favor del radiador de casos de corrupción que parece indetenible en la sustitución de Ovelar. Hasta la propia Lilian Samaniego se avendrá al arreglo y no sabremos las razones hasta mucho después . No hay reacción colorada alguna. Están domesticados y saben que no es aún tiempo para aparentar ser gobierno y oposición al mismo tiempo. Hasta Nicanor se abraza y llena de loas a Cartes luego de haberlo tratado de narco y ladrón tras haber sido forzado a oblar un pagaré del titular de la ANR. Ni el zar de las sanciones Nephew pudo generarle preocupación días antes de la convención de los colorados. No hay tampoco reacción desde afuera.
Solo la gente puede sacudir este país. Sus representantes están satisfechos y bien comidos. La inflación de 0% de febrero no se siente en los bolsillos, pero tampoco vemos reacción alguna.
El Paraguay salvajemente conservador ingresa a su tercer mes de un año donde las certezas sin duda del gobierno pueden acabar siendo su mayor debilidad. Mientras tanto, el país duerme como los comedores de loto de la antigüedad.