Intenso fue el juego en Villarrica entre dos equipos sedientos de puntos, pero finalmente ninguno de ellos se fue totalmente contento con la paridad final. Si hay que encontrar a alguno de los dos que mereció mejor suerte, ese fue el local, siempre insistente por las bandas, pero un mediocampo bien parado, con Osmar Molinas como eje, hizo la contraparte en River, destruyendo casi siempre el juego planteado por los conducidos por Troadio Duarte.
Con un 4-5-1 típicamente conservador, pero también agazapado, River igual llevó acciones de peligro al arco de Espínola, sobre todo aprovechando las salidas en falso de Guaireña en su transición por el nutrido medio sector del Kelito.
De hecho, este fue un partido tan jugado en la mitad de la cancha, que en la segunda mitad prácticamente no hubo oportunidades de gol creadas por propia cuenta por los equipos, solo algunos sofocones cuando aparecían los errores.
Ambos mantienen su posición en el Clausura, pero se frenan en sus necesidades diferentes.
Guaireña y River no se sacaron ventajas y empataron a cero.
Técnicos intensos
Los dos técnicos, Troadio Duarte y Celso Ayala, terminaron amonestados el partido, lo que habla de la intensidad del mismo dentro y fuera de la cancha. “No hubo mucho espacio para jugar para llegar al arco. Por lo general se espera el error del contrario”, dijo el Chito.
Osmar Molinas
Recorrió con autoridad la media cancha y apoyó a su equipo en el intento ofensivo.