La Misa Central fue celebrada en la capilla Caacupe’i ante una multitud de fieles. La homilía se centró en el mensaje de esperanza, unidad y la profunda conexión espiritual que la “Virgencita Azul” representa para el pueblo paraguayo.
El párroco de la localidad chaqueña en su homilía se centró en la leyenda donde el indio José fue salvado por la virgencita de Caacupé tras una persecución y el mismo se encargó en su homenaje tallar la imagen sagrada que hasta hoy día se venera.
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El sacerdote salesiano Juan Segovia finalizó la homilía instando a los hombres a valorar a las mujeres por el esfuerzo y la dedicación al mencionar estas palabras, los presentes aplaudieron el mensaje del cura.
Lo más destacado de la celebración, y que conmueve profundamente a los asistentes, es la procesión y los promeseros. El aire se llenó de cánticos y oraciones cuando la imagen de la Inmaculada Concepción fue sacada en andas para recorrer las calles de la localidad.
En el tramo final del recorrido todas las miradas se centraron en los devotos que cumplieron sus votos de la manera más humilde y sacrificada.
Decenas de promeseros completaron la procesión de rodillas hasta el altar donde fue colocada la imagen sagrada en un acto de penitencia y agradecimiento.
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El trayecto, cubierto con esfuerzo y lágrimas, culminó en el altar, donde los promeseros, visiblemente agotados pero conmovidos, agradecieron los favores recibidos o imploraron nuevas bendiciones.
La celebración de la Virgen de Caacupé en Puerto Casado mantiene vivas las tradiciones y ofrece un espectáculo de profunda espiritualidad en la vasta y a menudo olvidada región del Chaco.
En el momento de la celebración el clima fue favorable ya que hubo pronósticos de lluvia en la zona que en horas de la tarde se produjo.