“Llegué a la historia de Celsa Ramírez 15 años atrás, por un recorte periodístico denominado Canciones de cuna en los calabozos de Stroessner. Ahí no solo estaba su historia, sino el relato de varias madres que tuvieron a sus hijos en prisión, en la época de la dictadura”, comentó la cineasta.
Con gran emoción relató ese primer contacto con la historia de su documental y confesó que leyó “una y otra vez ese artículo” y lo guardó con la intención de algún día hacer algo.
Nueve años atrás le surgió la necesidad de realizar un documental en torno a la dictadura. En su investigación se reencontró con aquel artículo. “Ahí fue distinto porque me tocó muy fuerte, ya que yo ya era mamá, y la historia de Celsa realmente me sacudió de forma muy fuerte”, recordó.
La directora se acercó a Celsa, a quien conoció en persona y estableció una amistad además de una relación de trabajo.
La cinta se estrenó en el festival de cine de Amsterdam, donde fueron los productores, la cineasta y la protagonista, y ganaron una mención del jurado. “Fue una alegría enorme”, mencionó.
Luego vinieron otros premios, 15 hasta el momento. En el Festival de Málaga ganaron en la categoría Mejor Dirección, también se presentó en el Festival de Biarritz de Francia. “A nivel Latinoamericano estuvo por Uruguay, en Brasil también tuvo premios, también estuvimos por Bolivia”, relató la creadora.
Recientemente, el documental fue seleccionado para participar de los Premios Goya, representando a Paraguay.
“Nunca pensé que mi historia sería una película”, comentó con emoción Celsa Ramírez.