El grupo dio los nombres de estos diez modelos, pero no precisó las ventas en volumen que representan.
Se trata del último caso incómodo para el número uno mundial del automóvil, que se encuentra ya implicado en un vasto escándalo de tests trucados por otra de sus filiales, Daihatsu, cuya producción está suspendida desde diciembre.
Una investigación independiente confirma ahora que tres motores diésel producidos por Toyota Industries se vieron afectados por irregularidades.
Durante pruebas de certificación, la potencia de los tres motores diésel en cuestión se midió con programas diferentes de los que se usaron para su producción en serie, de manera que los valores obtenidos por sus certificaciones presentaban “menos variaciones”, explica Toyota.
El gigante automovilístico asegura que los motores y vehículos afectados “responden a las normas de rendimiento”, por lo que no es necesario dejar de utilizarlos.
No obstante, Toyota Industries decidió el lunes detener “temporalmente” las expediciones de los motores afectados, y Toyota las de los modelos equipados con estos motores. AFP