Si bien la Policía Nacional anunció que cubrirá las movilizaciones de este lunes sin armas, endureció los controles en varios puntos del país y especialmente en Asunción. En las inmediaciones del Palacio de López las calles se cerraron nuevamente y solo pueden pasar vehículos bajo autorización de los agentes.
“Si había una solución, ¿quién iba a manifestarse desde hace un mes?”, manifestó el dirigente campesino Filemón Paredes a ULTIMAHORA.COM.
Aclaró que la intención de los manifestantes no es violentar, incluso resaltó que, como se podrá ver en la plaza, muchos de los que llegaron a la capital son adultos mayores y mujeres con sus niños. Negó que estén siendo arreados por algún partido político. “Lo que nos arrea es la deuda que ya no podemos pagar”, señaló.
Los intensos controles, que ya se habían anunciado por la Policía Nacional, se realizaron en varios departamentos del país desde el domingo.
Asimismo, al llegar a la Plaza de Armas, los labriegos fueron sometidos de nuevo a otras inspecciones, donde no se discriminan pertenencias de niños y adultos mayores. “Sacan hasta la ropa interior de las mujeres”, se quejó una de las manifestantes.
Los campesinos que fueron a sus hogares durante el fin de semana regresaron en la noche del domingo con víveres y ropas para sobrevivir mientras siguen acampando frente al Congreso, bajo carpas.
Para Paredes, los estrictos controles son para amedrentar a los campesinos que van llegando, y generar crispación con la ciudadanía.
Las marcha no se reanudará este lunes en horas de la mañana. Posiblemente se realice recién después del mediodía. Los dirigentes campesinos se reúnen para analizar las acciones a tomar y hacen lobby con algunos parlamentarios para que rechacen el veto presidencial al proyecto de subsidio de sus deudas.
Crítica a Lea Giménez
Filemón Paredes lamentó las declaraciones de la ministra de Hacienda, Lea Giménez, y las del mismo presidente de la República, Horacio Cartes.
Negó que la deuda total de los campesinos alcance siquiera los G. 50 millones por trabajador. Aseguró que las mismas van desde G. 1.000.000 a 5.000.000, incluso menos, y que son contados los casos de quienes deben hasta G. 10 millones.
“No pedimos que nos regalen plata, pedimos que se paguen nuestras pequeñas deudas para que los compañeros vayan tranquilos a sus casas a retomar sus trabajos”, expresó.
Aseguró que el pedido es condonar las deudas de aquellos que las adquieren para labrar la tierra, por lo que no puede ascender a grandes sumas.
Refirió que el Ejecutivo demostró de esta manera que ni siquiera leyó el proyecto de Ley presentado por el sector productivo.