Reuters
Moscú
La Policía británica dijo ayer que actualmente está tratando la muerte del ex espía ruso Andrei Litvinenko como homicidio.
“Los detectives que investigan la muerte de Alexander Litvinenko han llegado a la etapa donde es apropiado tratarla como un caso de homicidio”, dijo la Policía de Londres en una declaración.
La Embajada británica en Moscú también anunció que había detectado rastros de radiación en su edificio que, sin embargo, no representaban una amenaza, pero declinó decir si la radiación era de polonio 210, el veneno encontrado en el cuerpo de Litvinenko.
Litvinenko, un feroz crítico del presidente ruso, Vladimir Putin, comenzó a sentirse enfermo el 1 de noviembre y murió en Londres tres semanas más tarde por envenenamiento radiactivo.
El ex espía acusó a Putin de ordenar su asesinato. Rusia niega cualquier implicación, pero el caso ha creado tensiones entre Moscú y Londres.
La Policía británica, que envió un equipo a Moscú a interrogar testigos que se reunieron con Litvinenko en Londres, dijo que “los detectives asignados al caso mantienen una mente abierta y siguen metódicamente la evidencia”.
EN MOSCÚ. En Moscú, los policías británicos e investigadores de la oficina del fiscal general ruso, Yuri Chaika, interrogaron a Dmitry Kovtun, uno de los dos rusos que posiblemente se reunieron con Litvinenko el día que cayó enfermo.
Los investigadores se reunieron con Kovton en el mismo hospital donde está siendo tratado, aparentemente por radiación, el ex agente del KGB Andrei Lugovoy, otro importante testigo en el caso.
Aunque admitió haberse reunido con Litvinenko en un hotel londinense el 1 de noviembre, Lugovoy niega cualquier implicación en la muerte del ex espía del KGB.
Un pequeño equipo de detectives británicos, que llegó el lunes a Moscú, fue prácticamente relegado al papel de observador por el fiscal Chaika, quien insistió públicamente que serían las autoridades de su país las que interrogarían a los testigos del caso en suelo ruso.
